Centenares de personas han sido testigos durante la mañana del Jueves Santo de la bendición de los conqueros en la iglesia de Santa María de Roncesvalles, uno de los momentos más singulares de la pasión toresana que realiza la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla.

El acto se celebró en el atrio del templo toresano que se convirtió un año más en el lugar de celebración de una bendición que se realizó ante la imagen de Nuestro Padre Jesús. Un ritual donde como cada Semana Santa cuatro hermanos de la cofradía asumen la tarea de pedir limosna por las calles de la ciudad.

Tras el juramento, los cuatro conqueros procedieron a arrodillarse y ayudados por los escribanos se cubrieron el rostro. Estos últimos hicieron entrega a estos hermanos de las insignias, que sirven para golpear el suelo a la hora de pedir las dadivas, y las concas, cuencos de madera utilizados antiguamente para probar el vino y que utilizan estos cofrades para solicitar limosnas, con las que realizarán dicha labor. De esta forma y tras recibir estos utensilios, los hermanos iniciaron su compromiso de solicitar donativos por las calles de la localidad en nombre de Nuestro Padre Jesús.

La bendición de los conqueros que es uno de los momentos más llamativos de la pasión toresana cuyos protagonistas también son conocidos como "cagalentejas".

Un sobrenombre popular que deriva de la invitación a comer que realizaba antiguamente el abad de la cofradía a los cuatro hermanos en cuyo menú siempre se servía lentejas. Esta tradición tiene su origen en la hermandad de Animas de la Campanilla que explica el porqué de la vestimenta negra que visten dichos cofrades durante esta bendición.