Por otra parte, la abadesa espera que la Junta de Castilla y León agilice los trámites para que el convento toresano sea declarado Bien de Interés Cultural y, de esta manera, la comunidad pueda recibir subvenciones para reparar y preservar tan valioso patrimonio. En principio, la Dirección General de Patrimonio de la consejería de Cultura ha llevado a cabo distintas gestiones para agilizar la concesión de esta catalogación, que supondría una mayor protección para el inmueble e incluso técnicos de la entidad han visitado el monasterio para comprobar su estado. Del mismo modo, la congregación confía en que el Ayuntamiento atienda, en la mayor brevedad posible, sus peticiones y acometa la renovación de la calle Las Monjas con el objetivo de eliminar las filtraciones de agua. Las Norbertinas Premostratenses ocupan, desde el año 1316, el monasterio que fue donado por María de Molina para que las religiosas se trasladaran a la ciudad desde la vega. Y es que, la comunidad, fundada en 1162, convivió en un monasterio con los Padres Premostratenses en San Miguel de Gros. Años después, se trasladaron a la casa de Santa Sofía que los padres de la orden poseían en Pobladura de los Huertos, en la vega toresana. El riesgo que corrían las hermanas durante el invierno, por las crecidas del río Duero, propició que María de Molina cediera en 1316 su palacio a la congregación.