Nada tienen que temer los carnavaleros toresanos por la continuidad de la fiesta. Los "chupetines" de la guardería volvieron a demostrar ayer que la cantera está asegurada, durante un espectacular desfile en el que los niños fueron los grandes protagonistas y en el que no faltaron la imaginación y la creatividad que caracteriza a los antruejos toresanos.

Pasaban pocos minutos de las cinco de la tarde cuando comenzó el esperado desfile de los "chupetines" de la guardería que, cada año, reúne a numeroso público que no quiere perderse uno de los actos más entrañables de cuantos se celebran durante las fiestas. Entre el público se encontraban muchos familiares de los pequeños que, con cámaras de fotos y teléfonos móviles, quisieron guardar un recuerdo de un desfile que, con el paso del tiempo, gana enteros, sobre todo en calidad y originalidad.

El grupo integrado por vistosas flores del bosque, fue el encargado de abrir el desfile, al que siguió muy de cerca otro formado por indios. De la comitiva también formaron parte veloces coches pilotados por pequeños conductores o unos caramelos muy apetecibles. Padres disfrazados de granjeros guiaron a un grupo de pollitos, algunos de los cuáles fueron transportados en carretilla, y el formado por hojas aportó vistosidad al desfile. Los más pequeños de la guardería completaron el recorrido en sus sillitas vestidos de logrados balones de rugby. Una charanga fue la encargada de poner ritmo al desfile de los "chupetines" que, con alegría, completaron el recorrido entre la guardería y la Plaza Mayor. Ya en la carpa instalada en la plaza de La Glorieta, los pequeños acompañados por sus padres y familiares pudieron disfrutar de un baile infantil. Su esfuerzo y aportación a los carnavales de Toro fue recompensado con un obsequio. Este desfile se ha consolidado como uno de los actos más emotivos del carnaval de Toro, declarado de Interés Turístico Regional.