La consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León publicó ayer la Orden que regula el potencial de producción vitícola en la región y que permitirá realizar nuevas plantaciones de viñedo. Los viticultores y bodegueros de Castilla y León interesados en plantar más viñedo podrán utilizar tres fórmulas. La primera es la conversión de los derechos vigentes hasta el año 2020 en autorizaciones de plantación, mientras que la segunda se basa en arrancar viñedo viejo propio para obtener la autorización de replantación. La tercera vía es la obtención de nuevas autorizaciones de plantación de las concesiones otorgadas por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Para conceder la autorización de nueva plantación, la normativa confiere prioridad a los jóvenes agricultores que no cuenten con viñedo inscrito a su nombre, en los diferentes Registros Vitícolas de España. Con el nuevo sistema de autorizaciones se evitarán además trámites burocráticos ligados a la utilización de los derechos, ya que desaparecen las transferencias de éstos entre viticultores.

Este procedimiento suponía tramitar cerca de 1.400 expedientes anuales en la Comunidad y un coste adicional para el viticultor. Por otra parte, la nueva normativa prevé respetar las recomendaciones de las organizaciones profesionales reconocidas, incluidas las Denominaciones de Origen o Indicaciones Geográficas Protegidas, en las decisiones relativas a las limitaciones de plantaciones, pudiendo establecer además restricciones en sus respectivas zonas.

En las tres últimas décadas, el sector vinícola en Castilla y León ha experimentado un continuo desarrollo y, en la actualidad, la superficie plantada de viñedo es de 75.335 hectáreas, pertenecientes a 60.000 viticultores, de las que el 86 % se encuentran amparadas por figuras de calidad.