Arropadas por familiares y numerosos amigos, las religiosas Dominicas que habitan el Sancti Spiritus de Toro vivieron ayer con emoción el primer acto organizado para conmemorar el VII centenario de la fundación del monasterio. La iglesia del convento fue el lugar elegido para la celebración de una eucaristía presidida por el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, y en la que participaron 14 sacerdotes. Sor Lola, fue la encargada de dar la bienvenida a todas las personas que se congregaron en la iglesia para compartir con las religiosas esta eucaristía en la que también colaboró el coro interparroquial de Toro. Durante la homilía, el obispo de Zamora recordó a todos los presentes que en los 700 años de vida del monasterio, "siempre ha cobijado" a las hermanas Dominicas que, con su incansable trabajo, han conseguido mantenerlo en pie. Además, el prelado precisó que "Dios eligió morar en esta casa" y a las hermanas Dominicas para habitar el convento "para que fuerais santas e irreprochables en su presencia y para que llevarais una vida santa".

En su homilía, el obispo también pidió a las hermanas que "no miraran para atrás con envidia de otros estilos de vida" porque, como subrayó, "Dios es quien os llamó y con él nunca vacilaréis". Asimismo, el obispo de Zamora resaltó todas las personas que ayer se congregaron en la iglesia del monasterio quisieron acompañar a las hermanas porque "reconocemos vuestros dones, los que Dios os dio, vuestra vida consagrada y vuestro sacrificio de vivir ocultas al mundo".

Por otra parte, Martínez deseó durante la homilía que Toro y sus habitantes "no se olviden nunca de las hermanas contemplativas" que moran distintos conventos de la ciudad y que "tienen que ser valorados, queridos y mimados". De hecho, resaltó que el resto de religiosas que habitan en los conventos de Toro "se alegran" por una efeméride tan importante como la conmemoración del VII centenario de la fundación del Sancti Spiritus, a la vez que pidió a las Dominicas que vivieran "en fraternidad" con las hermanas de otras órdenes.

Cerró la eucaristía la priora del convento, Sor Azucena, quien agradeció a Dios que inspirara a Teresa Gil y a la reina María de Molina para que "su sueño de tener en Toro una comunidad de Dominicas fuera una realidad". Además, recordó con cariño a las hermanas que, en otros tiempos, habitaron el convento y, de forma especial, agradeció el trabajo realizado por las religiosas que "nos han dejado en los últimos años".

Con esta misa fue inaugurada una conmemoración muy especial para el monasterio toresano, fundado por testamento otorgado en Valladolid en 1307 por la infanta portuguesa, Teresa Gil, aunque la construcción del convento no comenzó hasta 1316. Con motivo de esta efeméride, el Sancti Spiritus está perfilando un completo programa de actividades culturales y religiosas que se desarrollarán en los próximos meses, tales como la presentación de un libro o un concierto.