El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, ha escrito una carta pastoral sobre la próxima exposición de Las Edades del Hombre, que se celebrará en Toro en el año 2016, por considerar que "es fruto de una iniciativa promovida por nuestra Iglesia Diocesana y por ser, también, una acción eclesial". Es una cartal dirigida "a cuantos integramos la comunidad diocesana y abierta a toda la sociedad zamorana”, explica en su introducción".

El objetivo de esta carta, según el prelado e informa la Diócesis, es “ayudar a que todos acojamos con satisfacción esta oportunidad que se nos brinda, como un don que se nos ha concedido y a que comprendamos que también es un proyecto compartido, que hemos de sacar adelante entre todos con generosidad y empeño”, aprovechándola como “algo nuestro”.

Monseñor Martínez Sacristán también alude a la otra edición que se celebró en la Diócesis de Zamora, la que acogió la capital en el año 2001 con el título “Remembranza”, ya que “he podido percibir cómo todavía permanece viva la grata impresión que aquel acontecimiento cultural produjo en la ciudad. Esta experiencia nos cualifica para organizar, también con éxito, la próxima edición en Toro”.

En la primera parte de la carta el obispo recuerda que “el objetivo de estas exposiciones es contribuir al mayor conocimiento y difusión del patrimonio cultural de la Iglesia”. Explica que no será una muestra monográfica del patrimonio toresano, ni siquiera del diocesano, “aunque tanto lo uno como lo otro tendrán una presencia significativa”, ya que habrá obras procedentes de todas las diócesis de Castilla y León.

En el documento, el prelado desvela que el argumento de la edición de Las Edades que se celebrará en Toro es “el agua, una realidad fundamental en la vida de las personas y un símbolo muy relevante en la historia de la salvación y en el acontecer de la Iglesia, también en nuestra iglesia de Zamora”. Y afirma que la sede de la exposición será la Colegiata de Santa María la Mayor.

Para entender el sentido y el fin de estas muestras de arte sacro, repasa la historia de Las Edades del Hombre, una iniciativa de las 11 diócesis de la comunidad autónoma, cuyos obispos “eran conscientes de la importancia y la función del patrimonio cultural e histórico en orden al servicio del pueblo, del culto y la evangelización” y en 1988 pusieron en marcha “una iniciativa conjunta de carácter evangelizador a través del arte sagrado” para así “abrir un camino de diálogo entre la cultura y la fe que fuera enriquecedor para la Iglesia y para el conjunto de la sociedad”.

De esta manera, el proyecto “ha querido resaltar que la fe cristiana no es algo desligado ni contrapuesto a la actividad cultural del hombre, ni tampoco un patrimonio perteneciente al pasado, sin relación con nuestro mundo contemporáneo. La fe cristiana, vivida por hombres y mujeres de toda clase y condición de esta tierra a lo largo de su dilatada historia, ha tenido la capacidad de generar una espléndida actividad cultural desplegada en los más diversos ámbitos, desde la literatura a la legislación, desde la organización social a todas las bellas artes. Esto pone de manifiesto que una fe que no crea cultura no es una fe viva”.

En la segunda parte de la carta pastoral, el obispo de Zamora ofrece 9 claves interpretativas y simbólicas del proyecto, que son, por este orden: hombre, Jesucristo, evangelización, alma de un pueblo, relato, sentido y verdad, imagen, belleza (camino hacia Dios) y esperanza. En ellas desgrana el propósito catequético y evangelizador de Las Edades del Hombre y lo apropiada que resulta la exposición para el hombre actual.

Mostrar el arte sacro no es para la Iglesia algo desligado de su compromiso con el mundo y con cada sociedad concreta. Al contrario, como señala monseñor Martínez Sacristán: “Las Edades del Hombre... ofrecen también una valiosa aportación para regenerar esperanza en nuestra cultura presente, un tanto desconfiada y desencantada con el futuro”. Por ello la exposición en Toro será también una “invitación a construir nuestra realidad más de acuerdo con el futuro que esperamos, superando injusticias, viviendo la fraternidad, acogiendo al diferente”.