La cultura del vino despierta cada vez mayor interés entre todos aquellos que sienten pasión por un alimento que, en Toro, recibe estos días un sentido homenaje en la Fiesta de la Vendimia. Para difundir esta cultura, el veedor del Consejo Regulador, Carlos Gallego, dirigió ayer una cata de vinos en el liceo del teatro Latorre de Toro en la que participaron más de 40 aficionados. Para todos aquellos que asistían por primera vez a esta cata, Gallego explicó las características de la Denominación de Origen, sus variedades de uva, sus terrenos o las diferencias, que un factor como la altitud, aportan a la maduración.

Siete caldos fueron los elegidos para esta cata, uno blanco y cuatro tintos genéricos del Consejo Regulador, y dos vinos en rama elaborados con uvas cosechadas en la presente campaña de vendimia, un verdejo y un rosado en el que se podía apreciar, a simple vista, la mezcla de diferentes variedades de uva. Estos nuevos caldos presentaban además la turbidez propia de unos vinos que todavía tienen que completar el proceso de fermentación y en cuyo aroma se podía distinguir el olor propio de un mosto afrutado y cargado de dulzor.

Los dos nuevos vinos, "ya casi terminados" pudieron incluirse este año en la cata de la Fiesta de la Vendimia, gracias a que la campaña de recolección de uva se ha adelantado este año ligeramente. Además, permitieron a los participantes comparar ambos caldos con un blanco y un tinto genérico de pasadas añadas, comparación que sirvió para reconocer el trabajo que los enólogos realizan en las bodegas. Por otra parte, Gallego valoró positivamente que, de forma especial, los más jóvenes empiecen a descubrir el "mundo" del vino a través de catas como la celebrada ayer en Toro y que sirven también para dar a conocer los caldos de la Denominación de Origen y las características propias de la zona.

Asimismo, destacó que este tipo de catas contribuyen a que los aficionados sean cada vez más selectivos a la hora de "exigir" una determinada calidad de vino, especialmente, en el caso del canal de la hostelería.

Durante la cata celebrada en el liceo del teatro Latorre, el veedor del Consejo Regulador también se refirió a la presente campaña de vendimia que, como aseguró, está a punto de concluir, ya que tan solo seis bodegas no han concluido la recepción de uva. Además, confirmó que restan alrededor de 500.000 kilos de uva por recoger por lo que la cosecha rondará, finalmente, los 17,5 millones de kilos, cinco menos que el pasado año cuando los viticultores recolectaron 22,5 millones de kilos, cifra que supuso un récord en la zona. Gallego atribuyó esta menor cosecha a la sequía registrada durante el último año y que ha propiciado que a las uvas "les haya costado más madurar", provocando que la baya presente un menor tamaño y, por tanto, menos peso. Ambos factores, según el veedor del Consejo Regulador, perjudican a los intereses de los viticultores, ya que las producciones de uva han sido inferiores y han generado un menor rendimiento económico, aunque, desde el punto de vista enológico, el fruto más pequeño aportará otros matices y mayor calidad a los futuros vinos.