Los toresanos volvieron a demostrar ayer la devoción que profesan a su patrona, la Virgen del Canto, durante una jornada festiva en la que los sentimientos afloraron desde el corazón para rendir honores a la venerada imagen. Pasaban pocos minutos de las once de la mañana cuando, desde el Ayuntamiento, partió la comitiva integrada por los cofrades y mujeres de la Corte que este año se han encargado de organizar la fiesta y numerosos ciudadanos que, ataviados a la antigua usanza, quisieron participar en este vistoso y colorido desfile.

Las mujeres optaron por trajes de viuda rica o labradora, aunque otras lucieron mantones y mantilla y vestidos tradicionales, mientras que los hombres, en su gran mayoría, optaron por la capa castellana y el sombrero. De la comitiva también formaron parte, bajo mazas, autoridades locales y alcaldes de otros pueblos como Morales de Toro o Abezames y que, por primera vez, han participado en este desfile, tras la invitación oficial cursada para que se sumaran a esta fiesta, ya que la Virgen del Canto es patrona de Toro pero también de los municipios del alfoz. En esta comitiva también se integraron la reina de las fiestas y las damas de su corte de honor, así como la Banda de Música La Lira, que fue la encargada de acompasar el ritmo del desfile hasta la ermita.

De forma ordenada, los integrantes de la comitiva accedieron a un lateral del templo para participar en la tradicional ofrenda. Los ramos de flores fueron colocados alrededor de la venerada imagen para que luciera con más esplendor ante los ojos de los toresanos. Un año más, la ermita se quedó pequeña para la solemne misa de fiesta que fue concelebrada por once sacerdotes. Durante la homilía, el párroco local, José Luis Miranda, destacó que la Virgen del Canto es capaz de reunir, en una misma fiesta, a toresanos "de todos los rincones, edades, familias o sensibilidades".

En su alocución Miranda también resaltó que la fiesta de la Natividad de María es, por encima de todo, "un canto a la vida" y pidió a todos los que asistieron a la eucaristía que velaran por "la vida de los más vulnerables". También instó a padres y abuelos a que transmitan a otras generaciones la fe porque, "como las semillas, crece en buena tierra". El párroco local también se refirió al "acontecimiento" que Las Edades del Hombre va a suponer para la ciudad y que calificó como "un proyecto ilusionante". Una vez concluida la misa, la comitiva regresó a la Plaza Mayor.