La mezzosoprano Teresa Berganza es considerada la gran Dama de la Ópera en España y, con su voz, ha recorrido los mejores escenarios del mundo. En 1991 fue reconocida con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y, aunque durante su trayectoria profesional ha cosechado innumerables galardones, no ha perdido su sencillez y su humildad. Cercana y amable con aquellos que quisieron compartir con ella el homenaje que la ciudad le ha brindado en reconocimiento a una intachable trayectoria profesional, Berganza se lleva de Toro experiencias inolvidables como dirigir a la Banda de Música La Lira, o cantar gregoriano con las monjas del convento del Sancti Spiritus.

-¿Cómo ha vivido el homenaje que le ha rendido la ciudad de Toro?

-Estoy muy emocionada. El concierto ha sido maravilloso. De entrada, no sabía que este concierto era un homenaje dedicado a mí y me he emocionado mucho. He vivido intensamente este concierto junto al maestro, Antón García Abril, porque las "Canciones Xacobeas" las compuso para mí. También quiero destacar a Luis Santana, porque se ha atrevido a cantar estas obras que son dificilísimas y que ha interpretado de una forma maravillosa. A este concierto hay que sumar la carga de todas las emociones de la visita a Toro.

-Ha recibido numerosos premios y reconocimientos a lo largo de su carrera, ¿en qué ha sido diferente este homenaje?

-Este homenaje ha sido muy bonito, muy de verdad y, además, he tenido el regalo de descubrir esta ciudad que si no hubiera sido por el concierto, no la hubiera conocido. Además, tengo que dar las gracias al maestro Antón García Abril porque, aunque Luis Santana ha cantado "Canciones Xacobeas", esas canciones son mías. Interpretando estas canciones he sido muy feliz y escuchando a Luis Santana se me saltaban las lágrimas, porque estas canciones representan una historia de amor entre amigos.

-¿Este concierto ha servido también para que descubriera Toro, una ciudad que el próximo año albergará la exposición Las Edades del Hombre?

-No conocía esta ciudad y, después de visitarla, creo que hay que promocionarla más por el arte y la historia que conserva, es impresionante. Vivo en San Lorenzo del Escorial que también tiene mucha historia, pero en Toro he descubierto, gracias a José Navarro Talegón, una ciudad maravillosa.

-Durante el concierto ha destacado también la belleza del Pórtico de la Majestad de la Colegiata, ¿tanto le ha impresionado esta obra?

-El Pórtico de la Majestad me ha impresionado mucho. Por la noche, eran las tres de la mañana y no podía dormir porque seguía viendo el Pórtico que nos enseñó José Navarro Talegón. Lo que he podido ver en Toro, me ha llenado el alma de arte, de conocimiento, de historia y eso es lo que me llevo. Llevo 60 años viajando y, además de cantar, trabajar, ensayar y estudiar, lo único que hacía para no hablar y para no cansarme era irme a los Museos y a las iglesias porque el Románico siempre me ha gustado mucho. Después de tantos viajes, no me imaginaba que en una ciudad como Toro podía encontrar un patrimonio como el que he descubierto.

-De su visita a Toro también se lleva una experiencia única, dirigir a la Banda La Lira, ¿no había dirigido nunca a ninguna agrupación musical?

-Toda mi vida he querido dirigir y, de verdad, dirigiendo a la Banda de Música de Toro me palpitaba el corazón. Ha sido una experiencia inolvidable porque siempre he querido dirigir a una Orquesta y, a estas alturas de mi vida, me pregunto, cómo es posible que tenga que venir a Toro para poder dirigir. Ha sido un placer dirigir a esos jóvenes de la Banda, porque en sus ojos veía la ilusión y la felicidad de estar tocando. Además, he podido dirigir a la Banda en esa plaza de toros maravillosa y, enseguida pensé que si siguiera cantando me gustaría interpretar "Carmen" en la plaza de toros de Toro.

-¿Cómo valora la gran afición musical que Toro ha conseguido preservar?

-Me parece que la cultura musical y, la cultura en general, están muy bien en Toro, mucho mejor que en otras ciudades más grandes.

-Otra experiencia para el recuerdo que se lleva de Toro ha sido cantar gregoriano con las religiosas del Sancti Spiritus, ¿cómo vivió ese momento?

-Estuve en un convento unos días cuando tenía 17 años y por eso, cuando he visto a las monjas del Sancti Spiritus, además de cantar gregoriano con ellas, me han dado unas ganas de quedarme en el convento, allí se respira paz. No olvidaré la sonrisa de esas monjas que viven en otro espacio diferente al que estamos viviendo todos o ese claustro lleno de luz.

-Durante su estancia en la ciudad, ¿ha probado el vino de Toro?

-He probado vinos y, aunque no bebo, estaban todos muy buenos. He visitado bodegas y la gente ha sido muy amable, simpática y muy entregada. De verdad, para mí estar en Toro ha sido como un sueño y tengo que dar las gracias a Luis Santana por haber insistido para que viniera.