Nuestras importantes Ferias y Fiestas de San Agustín han alcanzado tal renombre, que nadie mejor que Herminio Ramos para definir el porqué: "autentica referencia festiva, de categoría nacional en cuyo programa están perfectamente encajados todo ese conjunto de temas, espectáculos y determinado ambiente perfectamente cuidado y al que se debe los niveles alcanzados", (gracias don Herminio).

Pues bien, hete aquí que este año nos encontramos con que el día del titular de nuestras fiestas, san Agustín -por lo tanto la fecha más importante- el responsable de ellas, señor Rodríguez, no incluye en la programación la corrida de toros ni la Gran Noche Flamenca. Con esta feliz idea se produce un monumental atropello a las tradiciones de los festejos de nuestra ciudad, a la vez que un serio revés para el devenir de las próximas ediciones.

El concejal argumenta que esta decisión se debe a la falta de presupuesto y de tiempo. Mire, eso se lo dirá usted a todos, pero la que esto escribe sabe lo que fue llegar al Ayuntamiento y hacerse responsable de las fiestas -con mucho orgullo- de nuestra ciudad, cómo estaban las arcas municipales, con qué presupuesto contaba y con el mismo poco tiempo con el que usted ha contado ahora para organizarlas.

Lejos de perder el tiempo imitando a plañideras, me puse a trabajar. Siempre tuve claro que las fiestas no eran mías, sino del pueblo y para el pueblo, por lo que nunca programé ni quité de la programación ningún espectáculo pensando en mis gustos; siempre tuve muy presentes a todos los toresanos que, al fin y al cabo, son los que han logrado que nuestras ferias y fiestas sean tan importantes. Ellos son los verdaderos artífices de la solidez de las mismas, manteniendo año tras año las tradiciones. En esto se sustancia el éxito, por eso gustan y por ello tenemos amigos que sin ser de Toro, acuden a la cita anual con san Agustín. Saben lo que se van a encontrar, las conocen tanto como nosotros. No les decepcionemos.

A mi modo de ver, el concejal de turno está para velar por ellas, cuidarlas, mimarlas; nunca para manejarlas a su antojo y programar lo que le guste y quitar lo que no.

Hay excepciones en las que, puntualmente, desaparezca de la programación algún acto que requiera la participación ciudadana pero, si no quieren?

En cuanto al presupuesto: dije públicamente cuando tomé las riendas, y lo mantengo, que no era un dinero que gastáramos a tontas y a locas, no, eso no es así. Es una de las mejores inversiones que una Corporación Municipal puede hacer para ayudar al dinamismo de la ciudad, que inmediatamente repercute en los negocios toresanos por la gran afluencia de personas que nos visitan, usted mismo, señor Rodríguez, lo ha podido comprobar cuando participa con su caseta en la Fiesta de la Vendimia.

Debemos estar alerta y hacer que no decaigan los ingresos que nos aportan nuestros festejos. Hay que sumar no restar.

Por eso, cuando se tocan los pilares -corrida de toros, noche flamenca?- sabemos que los edificios corren peligro de hundimiento y, entonces, empezamos a apuntalar de malas maneras lo que nunca debimos tan siquiera, tropezar.

Concejal: dispone de una preciosa plaza de toros, por lo que no tiene que ir mendigando terrenos para instalar una portátil. En nuestro coso, están deseando actuar todos los toreros que han venido a visitarla turísticamente, y los que no, pero saben de ella. Como en todos los espectáculos, los presupuestos de las corridas son variables.

En cuanto al flamenco, llevamos celebrándolo ininterrumpidamente dieciséis años, lo que le había hecho adquirir la categoría de evento imprescindible en nuestra programación oficial. Una noche flamenca esperada por los amantes de este arte, que son muchos y de todas las edades. Un acto cultural que llenaba el aforo del claustro del Hospital de la Cruz y dos Santos Juanes; lugar precioso donde se celebraba, que encandilaba a artistas y público, motivo por el cual siempre se nos felicitó y que se hacía extensivo al cuidado y esmero puesto en cada detalle.

Una es una aficionadilla lo suficientemente humilde para pedir ayuda a los entendidos y la encontré en la Asociación Cultural Flamenca de nuestra ciudad. Gracias al asesoramiento de su presidente, Felipe Carrasco, se trajeron a Toro los mejores cantaores, cantaoras y las mejores guitarras, siempre con un presupuesto asequible a nuestras posibilidades. Además, como ya he dicho, el recinto siempre se llenaba.

Esto último lo ha tenido que tener bastante claro un hostelero toresano que sabe y mucho y que aprovechando -lo aplaudo- el desinterés del edil han programado una noche flamenca en su establecimiento.

Tome nota señor Rodríguez y aprenda del hostelero, que conoce a fondo las querencias de nuestros vecinos.

A ti, mi amigo Felipe, aprovechando estas líneas, te doy las gracias por todo lo que me ayudaste desinteresadamente. Desde tu morada te pido que sigas velando por el arte del flamenco que siempre llevaste en el alma.

Concejal, usted ha cometido una auténtica barbaridad eliminando la celebración de la afamada Noche Flamenca y de la corrida de toros. Tenga presente que las Ferias y Fiestas de Toro son de los toresanos, las hemos depositado en sus manos para que nos las cuide y no se le olvide que aunque el latón brille? oro no es.