«Toro merece como la que más acoger una exposición. Pido solemnemente al Obispado, a la consejera, a Las Edades del Hombre y a los ciudadanos el apoyo para que Toro sea en 2016 la sede de la exposición porque lo merece». Con estas palabras desenterraba el presidente de la Diputación de Zamora, Fernando Martínez Maíllo, un viejo deseo de todos los toresanos. Lo hacía el pasado sábado, durante la celebración del Día de la Provincia en la capital. Y sus palabras cayeron en la ciudad como un grito de guerra. Apenas unas horas después de su discurso en el reinaugurado Teatro Ramos Carrión, una plataforma virtual nacía a expensas de la página web change.org para reivindicar esta exposición en la ciudad de Doña Elvira.

«Toro es una de las ciudades españolas que, sin ser capital de provincia, mayor historia atesora en su existencia. La ciudad conserva en sus múltiples monumentos, la mayoría de ellos declarados Bienes de Interés Turístico, enormes tesoros escultóricos y pictóricos -ligados estrechamente a la religión católica- que ya han sido expuestos en Las Edades del Hombre organizadas en otras muchas ciudades y municipios. Por tanto, la ciudad de Toro se merece la organización para el año 2016». Así comienza el alegato de Luis Falcón, el ciudadano que ha decidido dar el paso y arrancar una recogida de firmas para obtener la el codiciado premio final, que incluye beneficios tanto a nivel patrimonial como a turístico y comercial.

Las Edades el Hombre, en calidad de muestra itinerante de arte sacro más importante de Castilla y León, es un anhelo de Toro desde hace más de una década. En el año 2002, tras conocer y valorar el impacto que tuvo esta iniciativa en la capital zamorana, el equipo de gobierno hizo las gestiones necesarias para que la ciudad del vino fuera sede de esta exposición de cara al año 2005 sin que finalmente se consiguiera. Hubo que esperar hasta el año 2007, tras la edición de Ponferrada -que fue la primera ciudad sin sede episcopal en organizar la muestra- para que, nuevamente, sonara el nombre de Toro con vistas a la organización del año 2010. Tampoco hubo premio. Ahora, en pleno 2013, el deseo vuelve a relucir con destino 2016. La localidad es fuerte por patrimonio o por historia, pero tendrá que batirse en duelo con la candidatura conjunta que se está urdiendo entre Plasencia y Béjar.

Numerosas son las razones que puede esgrimir Toro para la organización de Las Edades del Hombre, tanto por patrimonio como por historia. Sea por esta última que los primeros vestigios arqueológicos sitúan el origen de la ciudad en la Edad de Hierro, como así indica Falcón en su alegato. Sea por la antigua ciudad vaccea de Arbucala, por la repoblación del año 899, por su papel de juez de justas entre los reinos de León y de Castilla o por conservar en sus tierras ese olor y fragor de la batalla que dio origen a lo que a día de hoy se conoce como España.

O sea por el convento del Sancti Spiritus, por las iglesias de Santa María de Roncesvalles, San Lorenzo, San Salvador o del Santo Sepulcro. Pero, sobre todo, sea por la Colegiata de Santa María la Mayor. Construcción dominante sobre el Duero que aguarda una cantidad ingente de tesoros entre sus muros, como el Pórtico de la Majestad, el «Cuadro de la Mosca», el Calvario de marfil y carey o la cámara acorazada, con decenas de piezas de incalculable valor histórico. Por el momento, Diputación, Ayuntamiento y ciudadanos ya han dado el primer paso. Es el turno de que la comisión de Las Edades otorgue, por fin, la organización.