La siembra de remolacha en la provincia se ha reducido un 20%, al pasar de las 3.000 hectáreas cultivadas el pasado año a las 2.400 contabilizadas durante este ejercicio. Así lo ha confirmado el responsable del sector remolachero de la organización Coag, Fernando García, quien destacó que esta caída en la siembra ha sido aún mayor en Castilla y León, al pasar de las 27.600 hectáreas sembradas el pasado año a las 23.000 de esta campaña. Reconoció García que la caída en la siembra «era esperada», sobre todo porque la última campaña remolachera ha sido complicada, especialmente por las lluvias que obligaron a paralizar la campaña y a retrasar la siembra y muchos cultivadores han considerado que «era tarde» para llevar a cabo las labores de siembra. No obstante, el responsable del sector remolachero de Coag destacó que otros agricultores han decidido este año no apostar por este cultivo por la escasa rentabilidad que obtienen con la remolacha y porque con otros cultivos los labradores están obteniendo mayores beneficios.

En este punto, aseguró que Azucarera «debería mover ficha» y garantizar un mejor precio a los cultivadores de remolacha, tal y como las distintas organizaciones agrarias han reclamado en numerosas ocasiones en las reuniones de la mesa zonal. Destacó García, que el mantenimiento de la superficie sembrada de remolacha es fundamental para garantizar la continuidad de las fábricas azucareras ya que, como subrayó, «el cultivador es el primer eslabón de la cadena» y sin sus cosechas es imposible que la Azucarera pueda seguir producciones azúcar. Además, remarcó que en la compañía ha obtenido en los últimos años importantes beneficios con la producción de azúcar y, a su juicio, parte de esta riqueza debería ser repartida con los agricultores que son la base del proceso productivo. Por todos estos motivos, García confía en que la compañía «mueva ficha» porque además, como recordó, la industria tendrá que empezar a negociar con las organizaciones agrarias el nuevo Acuerdo Marco Interprofesional, ya que el actual tiene vigencia hasta el 2014. Confía el responsable del sector remolachero de Coag que en esta negociación la industria pueda plantear nuevos incentivos para los cultivadores con el objetivo de que «vuelvan a sembrar» aunque, a su juicio, será complicado que estos labradores vuelvan a apostar por un cultivo como la remolacha. Por otra parte, García se refirió al estado del cultivo sembrado para la próxima campaña y reconoció que «las remolachas están tardías» y que acumulan un retraso de unos dos meses, como consecuencia de las persistentes lluvias que obligaron a retrasar las labores de siembra.