La localidad de Peleagonzalo celebra, coincidiendo con sus fiestas patronales, el 150 aniversario de la inauguración de su actual emplazamiento. Así, ayer sábado, el día grande de sus fiestas, tuvo un carácter más solemne debido a esta efeméride. El alcalde de Peleagonzalo, Miguel Ángel Rubio, señaló que «hemos querido recordar el inicio de este nuevo emplazamiento y mencionar dignamente a todos los vecinos que lucharon por continuar con el pueblo, trasladado unos cientos de metros, y luchar por sus raíces, y se merecen un reconocimiento».

Tras el oficio de la Santa Misa en honor al patrón del pueblo, San Miguel Arcángel, en la misma iglesia el historiador toresano José Navarro Talegón se dirigió a los presentes durante el acto de conmemoración del 150 aniversario de la inauguración del actual emplazamiento de la localidad de Peleagonzalo, en una conferencia en la que recordó, con gran profusión de detalles, el aciago suceso que dio origen al desplazamiento del municipio hasta su lugar actual. Así, describió la catástrofe acaecida en la noche del 28 de diciembre de 1860, cuando una riada, producida por un gran deshielo que hizo crecer desmesuradamente el río Duero, arrasó el pueblo de Peleagonzalo, que se encontraba ubicado en la Vega de Toro, al igual que otras localidades, como Villalazán, pues incluso produjo numerosos daños en las ciudades de Toro y Zamora. Navarro Talegón indicó que de las 160 casas de Peleagonzalo sólo se salvaron 10, y la iglesia, con daños considerables, por lo que el daño causado se consideró en 932.230 reales.

En un primer momento, unos 60 hombres, junto con algunos niños, se quedaron en el pueblo para intentar paliar los daños, pero se encontraron expuestos a un gran peligro, por lo que dos hombres de este pueblo, Manuel Arias y Manuel Rebollar, así como cuatro pescadores toresanos, utilizaron barcas para salvar a un gran número de aquellos hombres y niños. También resultó esencial la actuación del alcalde de Toro, Román de la Higuera, quien, ya el día 1 de enero de 1861, envió a varios obreros para colaborar en la eliminación del agua y en el desescombro. En cuanto se refiere a la ulterior reconstrucción de la localidad, Navarro Talegón señaló dos nombres importantes debido a su gran ayuda, el gobernador de Zamora Francisco Sepúlveda, y el procurador en cortes por Toro Claudio Moyano, quienes actuaron con rapidez, y así, el 3 de enero Sepúlveda solicitó la relación de daños, mientras que Moyano habló con la reina Isabel II, de modo que el 11 de enero comunicó al alcalde de Toro que tenía la concesión real de cuatro millones de reales. Incluso se propuso una ley para auxiliar a todos los damnificados en la riada, que se votó favorablemente en el mes de febrero de 1861.

Según aseguró Navarro Talegón «la clave que palió los efectos fue la rapidez en la actuación», y es que en poco tiempo se decidió el lugar de la nueva ubicación de Peleagonzalo, la actual, en el cerro de San Benito. Tras la venta de tres fincas pertenecientes a tres taburones a instancias del alcalde de Toro, en mayo se compró el terreno, cuyo coste total ascendió a 28.634 reales. Seguidamente, el gobernador aprobó los planes para la nueva construcción, cuyo trazado era hipodámico, esto es, en forma de cuadrícula, con calles rectas, paralelas y perpendiculares. El arquitecto de la provincia, Pedro Cuesta y Sánchez, «fue determinante», matizó el historiador local.

Por lo que respecta a las indemnizaciones por los daños, a los pobres se dieron donativos por un valor del 72% de lo perdido, es decir, a 52 vecinos se entregó esta cantidad a fondo perdido, mientras que a otros 48 vecinos se les dio préstamos reintegrables en ocho años sin intereses por la cuantía total de lo perdido. Estas ayudas se entregaron en septiembre, cuando ya había comenzado la construcción de las casas, en las que trabajaron alarifes toresanos y gallegos, y en diciembre ya se denominaron las calles con nombres de los benefactores.

En 1862 se inauguró el nuevo pueblo de Peleagonzalo, en el día de su patrón, tal día como ayer, 29 de septiembre, acto al que asistieron numerosas autoridades, como los ayuntamientos de Zamora, Toro y otras poblaciones, así como Claudio Moyano y el Marqués de Santa Cruz de Aguirre, Valentín Martín de los Ríos, dueño del Palacio de las Leyes de Toro, en representación de Francisco Sepúlveda. La celebración comenzó con una misa y la bendición del nuevo emplazamiento, y después siguió una comida en la plaza, con un brindis a Isabel II por Claudio Moyano, mientras que por la tarde hubo toros, un refresco, un baile y fuegos artificiales, y la noche concluyó con un baile. No obstante, Navarro Talegón aclaró que todavía faltaban por construir los edificios públicos, la escuela, la iglesia y el ayuntamiento, que tardaron varios años debido a la mala administración del préstamo de 60.000 reales que habían recibido.

Por otra parte, y en cuanto a la jornada festiva de ayer, tras la intervención de Navarro Talegón, y también en la iglesia, la Banda de Música zamorana «Maestro Nacor Blanco» ofreció un concierto, y después el Ayuntamiento invitó a los asistentes a un vino español. A las 20.30 horas tuvo lugar el gran desfile de carrozas por las calles de la localidad, mientras que por la noche se desarrolló un baile de disfraces durante la verbena con la orquesta «Zafiro», y a las 02.15 horas tuvo lugar el desenjaule. Hoy se clausuran las fiestas, y así, a las 12.00 horas todos los vecinos podrán participar en el concurso de tortillas y repostería, mientras que a las 14.00 horas podrán reunirse para compartir una paellada. Por la tarde, a las 18.00 horas, habrá una suelta de vaquillas, y a las 21.30 horas finalizarán los actos festivos con una discoteca.