El tiempo mitiga el dolor, pero no borra los recuerdos. Esos recuerdos son los que insuflan ánimos al empresario toresano, Vicente Fernández Manso, al rememorar el trágico accidente de avión de la compañía Spanair, ocurrido el 20 de agosto de 2008, en el que perdió a su esposa, Pilar Márquez Valle y a su hermana, Juliana Fernández Manso, así como a su amigo y trabajador de la empresa toresana Pevafersa, Sergio de la Riva. Aunque Fernández Manso prefiere no remover la memoria y los recuerdos, se siente con fuerzas para criticar el largo proceso judicial en el que se han visto inmersos los familiares de los 154 fallecidos en el fatídico accidente ocurrido en el aeropuerto de Barajas que, después de cuatro años, no conocen con exactitud las causas que provocaron el fatal desenlace.

«Peor no se ha podido hacer», aseguró el empresario toresano, quien responsabiliza directamente al Gobierno y a la Justicia del calvario que están soportando los familiares de las personas fallecidas en el siniestro, porque «se han despreocupado totalmente». De hecho, como recordó, cuatro años después del accidente del avión «todavía no se ha fijado la fecha del juicio», con el que los familiares esperan que se depuren responsabilidades y que los culpables paguen por el sufrimiento que han causado a tantas familias. Fernández Manso calificó de «vergonzoso» que los afectados por la tragedia, cuatro años después, todavía no hayan podido demostrar la verdad sobre el origen del accidente de avión y que la Justicia todavía no haya resuelto 14 recursos judiciales interpuestos por los familiares.

Para el empresario toresano, en casos como el que él ha vivido en primera persona, la Justicia debería actuar con mayor agilidad y rapidez ya que, «todo se debería haber resuelto en seis meses» ya que, de lo contrario, «lo único que están consiguiendo es prolongar el dolor y el sufrimiento de los familiares de las víctimas».

No solo Fernández Manso recordó ayer este fatídico suceso ya que muchos toresanos que conocían a las dos fallecidas revivieron la trágica tarde del 20 de agosto del 2008 cuando la conmoción se apoderó de la ciudad al conocer el falta desenlace y el fallecimiento de Márquez y Fernández Manso, dos mujeres muy queridas y que, sin duda, serán recordadas por su incansable trabajo en la empresa fotovoltaica Pevafersa. Aunque durante toda la tarde muchos confiaban en que las dos mujeres formaran parte de la lista de heridos, finalmente, el sueño se desvaneció y tuvieron que asumir el duro golpe y la realidad. La empresa decretó entonces tres días de luto, al igual que el Ayuntamiento de Toro que, además, decidió retrasar el inicio de las fiestas de la localidad en señal de duelo. Días más tarde, una vez concluido un largo y doloroso proceso de identificación de los cuerpos, se celebró en Toro el funeral por sus dos vecinas, sepelio al que asistieron miles de toresanos. Aunque el accidente de avión, del que ayer se cumplieron cuatro años, provocó un intenso dolor en la ciudad de Toro, otro zamorano, Tomás Sánchez García, natural de Fuentesáuco, también falleció en este siniestro. En la provincia, el suceso dejó otra víctima ya que, Carlos Herráez Nogueras, un hombre de 45 años y vinculado a la localidad zamorana de Granja de Moreruela, en la que nació su madre, también perdió la vida en el aeropuerto de Barajas.