El profesor, Alfonso Valdunciel Bustos, ha impartido recientemente una conferencia en el colegio Amor de Dios para intentar concienciar a los padres sobre la necesidad de imponer unas normas a sus hijos, con el fin de evitar los peligros de un incorrecto uso de Internet. Además, es el creador del portal «www.internetsipero.es», en el que se detallan los principales riesgos de Internet.

-¿Cuáles son los principales peligros de Internet?

-Hay muchos pero se pueden agrupar en pocos puntos. El primer punto se basa en que, a determinadas edades, los jóvenes se creen cualquier cosa que hay en la red y hay que distinguir que todo lo que existe en la red no es verdadero y cuáles son las páginas fiables y cuáles no. Es muy importante, por ejemplo, no fiarse nunca de páginas web que sean anónimas o de la información que se pueda dar en chats abiertos. Un segundo punto de peligro es el que tiene que ver con compartir información personal. Hay que saber utilizar con mucho cuidado todas las páginas, redes sociales o chats que nos permiten ponernos en contacto con personas extrañas porque, a veces, nos encontramos con gente extraña que no tiene las mismas inquietudes que nosotros y nos podemos llevar un buen susto, sobre todo los más pequeños. Otro apartado, quizá para mí uno de los más llamativos, es el que engloba compartir fotografías. A veces los jóvenes no se dan cuenta de que en las fotos hay algo detrás y, por ejemplo, a través de las fotografías de un salón se puede ver si hay dinero o no hay dinero en esa casa o a través de las de un garaje se pueden ver las marcas de los coches. Hoy por hoy se producen muchos robos en los que se eligen las casas para robar en función de las fotos.

-¿Y de las redes sociales?

-Las redes sociales presentan un peligro añadido y del que los chavales no se dan cuenta. Este peligro se basa en que lo que hoy dejan los jóvenes en la red social puede aparecer dentro de unos años. En la actualidad, hay un alto porcentaje de empresas que para, por ejemplo, captar personal investigan los perfiles de los futuros trabajadores.

-¿Otro riesgo, sobre todo para menores, es el acoso escolar o el ciberbullying?

-El problema del ciberbullying es que el bullyng sale a la red y, cuando sale, es un agravante porque Internet lo expande y lo publicita todo. En internet la humillación es infinita y desde el punto de vista psicológico el ciberbullying es tremendamente negativo.

-¿Los jóvenes son conscientes de que un uso incorrecto de Internet o de las redes sociales puede derivar en acoso sexual?

-Existen muchas formas de que aparezca pero digamos que es el chantaje psicológico más extremo que puede sentir una víctima. He llegado a constatar que este acoso va creciendo y el Cuerpo Nacional de Policía, que hace un excepcional trabajo en este campo, considera este acoso como una epidemia a nivel mundial.

-Para ejercer un control eficaz, ¿son suficientes los filtros de control parental?

-Hay alguna corriente de compañeros que dice que quizá baste con poner filtros de control parental. Sin embargo, la experiencia nuestra es que los chavales, lo que no puedan hacer en casa, lo van a intentar hacer en otro lado. Hoy por hoy la edad media de empezar a conectarse son los nueve años y, desde esas edades, los padres deben tener muy claras determinadas normas

-Su proyecto Internetsipero.es, ¿pretende conseguir este mismo objetivo de proteger a los menores?

-Lo que pretende son dos objetivos. Primero que los padres tengan a mano las normas a educar para evitar sustos a sus hijos y el segundo incorporar, dentro de las actividades escolares, en una serie de tutorías. Y es que es vital que escuela y familia vayan de la mano.

-¿Es posible que el uso continuado de las redes sociales o de Internet pueda generar dependencia en los jóvenes?

-Algunas instituciones importantes en España están empezando a tratar la adicción a Internet como una droga más porque el porcentaje de jóvenes enganchados es muy elevado. Hay una corriente muy interesante de neurólogos que comenta que el cerebro de nuestros jóvenes es distinto al que teníamos nosotros, fruto de los estímulos de las nuevas tecnologías. Algunos neurólogos dicen que esto es muy positivo pero otros dicen que quizá, las nuevas tecnologías, están infantilizando el cerebro porque se está perdiendo la constancia en la lectura o la investigación. ¿Quién tiene razón?... se necesita mucho más tiempo porque estamos empezando todavía en la era de Internet.