Decenas de personas asistieron ayer en la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina al emotivo acto del «Besamanos», organizado por la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla. Como manda la tradición, los abades presidieron, desde el altar este acto y los escribanos acompañaron al párroco local, Roberto Castaño, durante el rezo de todas las estaciones del vía crucis, en el interior del templo. Acto seguido, los hermanos de la cofradía procedieron a bajar la imagen del Cristo del Perdón que fue colocada junto al altar mayor de la iglesia. Este año, la cofradía ha decidido recuperar la antigua tradición de besar la mano de su imagen más representativa, Nuestro Padre Jesús. Ante esta talla, desfilaron en primer lugar los abades y, acto seguido, numerosos toresanos cumplieron con la tradición de besar la mano de Nuestro Padre Jesús.