La empresa Rearasa iniciará en los próximos días las obras de consolidación y restauración de cuatro antiguas bodegas subterráneas que, tras la ejecución del proyecto impulsado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, podrán ser visitadas por los turistas. Esta intervención cuenta con un presupuesto de 758.268 euros y se trata de la segunda actuación promovida por el Instituto del Patrimonio Cultural, tras la actuación ejecutada en la antigua bodega del Ayuntamiento de Toro y que precisó una inversión de 232.750 euros.

Las cuatro bodegas que serán rehabilitadas dentro de este proyecto son de titularidad pública y están situadas dentro del casco urbano. La mejor conservada es la que pertenece al antiguo palacio de los Condes de Requena y es la única que mantiene un uso acorde con su origen. Las otras tres bodegas en las que está previsto actuar son las que se conservan bajo el edificio que albergó la sede de la antigua Cámara Agraria Local, la de la residencia «Virgen del Canto» y la del palacio de la Fundación Valparaíso-Sevillano. Además de proceder a su restauración, en estas bodegas también será necesario adecuar nuevos accesos, bocas de ventilación e intervenir en las sillerías.

Los materiales empleados serán los tradicionales en estos espacios subterráneos, tales como ladrillos, tejas y losas de piedra, además de carpinterías de hierro y madera. El plazo de ejecución de este proyecto es de 18 meses y, en principio, está previsto que la empresa adjudicataria desarrolle los trabajos de restauración y consolidación a lo largo del presente ejercicio y del año 2013.

El arquitecto técnico del proyecto, Antonio Villar González, confirmó que la empresa Rearasa, ha procedido ya a colocar unas vallas que delimitan los entornos en los que está previsto actuar y en los que también instalará unas casetas de obra. Además, señaló que la intervención prevista se iniciará en la bodega de la antigua Cámara Agraria Local y en la que se conserva en el palacio de los Condes de Requena.

Los responsables de ejecutar este proyecto, redactado por el arquitecto zamorano Pedro Lucas del Teso, han realizado ya una primera inspección en las bodegas, en las que han apreciado «huecos» que permitirán «el movimiento» de los materiales necesarios.

En cuanto al estado en el que se encuentran las cuatro bodegas, Villar destacó que «están bien y no entrañan ningún tipo de peligro», aunque en el caso de que la que se conserva en el subsuelo del edificio de la antigua Cámara Agraria, necesita «una mayor reparación y un mejor acondicionamiento». Reconoció Villar que esta bodega es la «más importante y la más completa» ya que conserva el lagar, una lagareta y una nave principal, aunque en su interior se acumula gran cantidad de tierra por intervenciones anteriores. Una de las primeras actuaciones que se desarrollará en esta bodega es la de cambiar el acceso que, en la actualidad, se realiza a través de un establecimiento hostelero y se acondicionará una entrada directa. De esta bodega, Villar también destacó que, en su interior, conserva una nave «amplia e importante» y que está arqueada con sillares, así como una «zona interior» que, antiguamente, se utilizaba para el almacenamiento de vino.

De las cuatro bodegas, la que presenta un mejor estado de conservación es la que existe en el palacio de los Condes de Requena e incluso el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro sigue utilizando sus instalaciones para el almacenamiento de vinos. Esta situación obligará a actuar por partes, de tal manera que una vez finalizada la intervención en una de sus naves se procederá al traslado de todas las botellas almacenadas.

El objetivo de este proyecto, como recordó el arquitecto técnico, es que tras la ejecución de las obras de consolidación y restauración las cuatro bodegas puedan ser visitadas por los turistas, al igual que sucede con la del Ayuntamiento que, desde que fuera recuperada, ha sido visitada por numerosas personas.

No obstante, apuntó que «en su día» el arquitecto que se ha encargado de redactar el proyecto planteó posibles futuros usos para estas cavas subterráneas como un museo. En este punto, Villar destacó la importancia de que estas construcciones puedan ser abiertas en un futuro ya que «esta utilización permite que se conserven mejor las bodegas».

Como en otros lugares con tradición vinícola, las bodegas de Toro fueron excavadas bajo los edificios de los que forman parte y, en muchos casos, eran el origen de las propias edificaciones ya que la tierra procedente de su vaciado se empleaba en la construcción del inmueble superior. La ejecución de este proyecto de restauración, como señaló Villar, no ocasionará daños a ninguno de los edificios sobre los que asientan las bodegas ya que se pueden considerar construcciones independientes. En este punto, reconoció que el edificio que presenta un mayor deterioro es la sede de la antigua Cámara Agraria aunque, como reiteró, la intervención prevista en su bodega no ocasionará daños a este inmueble, ubicado en la Plaza Mayor de Toro.

Pese a que la renovación de los edificios ha supuesto la desaparición de muchas de estas bodegas, un censo reciente ha contabilizado cerca de 300 en el subsuelo de Toro.