El empresario toresano resaltó que todavía «la gente no está concienciada» de la obligatoriedad de depositar los residuos que se generan en la construcción a una planta de reciclaje, ya que «no entienden que deben pagar un dinero por este escombro». Todos los usuarios de esta planta de gestión y reciclado deben abonar una cuota fija por tonelada de residuos y, como destacó Fernández Manso, se ha establecido un precio mínimo para todas aquellas personas que realizan «pequeñas chapuzas» y que ronda los 12 euros por tonelada, coste que se encarece en función de la cantidad de residuos que se depositen en las nuevas instalaciones de «Estejosan». Además, explicó que su nueva empresa tiene que facilitar a la Junta de Castilla y León, con una periodicidad semestral y anual, información detallada sobre los escombros que se depositan en la planta, su procedencia, el promotor, el arquitecto del proyecto y la persona que transporta estos residuos. Aunque esta nueva planta ha comenzado a funcionar hace apenas quince días, Fernández Manso reconoció que, por el momento, la actividad es mínima sobre todo por la crisis que afecta a la construcción. No obstante, confía en que este sector pueda recuperarse y, entonces, estas nuevas instalaciones podrían alcanzar su pleno rendimiento ya que, además, debería ser utilizada por promotores de obras en los 70 pueblos que abarca su ámbito de actuación. Por su parte, el ingeniero que ha redactado el proyecto, Roberto Carazo, destacó que este proyecto es «pionero» en Zamora y que se enmarca dentro de la estrategia regional de gestión de residuos impulsada por la Junta de Castilla y León. Del mismo modo, resaltó que esta planta desarrollará una actividad basada en la gestión organizada de residuos de construcción y demolición cuyo fin último es evitar la sobre explotación de recursos.