La Junta Local de Toro de la Asociación Española Contra el Cáncer ha realizado recientemente un viaje a tierras lusas, en el que 110 personas han disfrutado de la visita a las localidades de Lisboa, Fátima y Nazaré. Como aseguró el presidente de la AECC local, Ángel García, se trataba de un viaje solicitado en diversas ocasiones, y en el que tomaron parte enfermos, familiares, socios, voluntarios y personas sensibilizadas con la labor de esta Asociación, todos con mucho ánimo y alegría, lo que puso de manifiesto la unión que existe entre ellos. Además, todos coinciden en afirmar que tanto el viaje como los lugares visitados les han gustado «muchísimo» porque son «preciosos».

Entre los asistentes a la excursión se encontraban numerosos toresanos, como Mercedes García Alonso, quien repitió el viaje que realizó hace cuatro años, cuando recibía quimioterapia por su cáncer de mama. Afirmó que «ahora mismo me encuentro bien y este viaje supone para mí más ánimo». En su visita a Fátima «pedí a la Virgen que no pase por la misma experiencia otra vez, porque se pasa muy mal». También Sagrario Díez Hernández realizó una petición personal, la de recuperar la visión de uno de sus ojos, que había perdido por un herpes. Experimentó, según sus palabras, una mejoría, «estoy muy contenta porque el ojo me ha sanado bastante y veo mejor, incluso sin gafas», lo que achacó a que «tengo mucha fe en la Virgen».

Otros participantes decidieron hacer la visita a Fátima para pedir por sus hijos, como en el caso de Antonia Barba Castro, quien aseguró que «he venido con mucha fe para pedir por mis hijos», ya que su hija está recibiendo quimioterapia, «pero está muy bien», su hijo tuvo un accidente, y a su marido lo operaron de cáncer de próstata, de modo que «he venido para pedir por todos ellos, que todos tengamos salud, trabajo y mucha armonía». Para ella, «a la Virgen le pido más fuerza porque soy el pilar de mi casa», y es que, respecto al ánimo con el que una madre vive la enfermedad de sus hijos, asegura que «hay que ser más fuerte para poder llevarlo con ellos». En cuanto al lugar, ya conocía Fátima, «pero esta vez vengo con un sentimiento especial».

Lo mismo le sucedió a Pilar García Medina, tesorera de la Junta Local de Toro, quien, pese a haber sido diagnosticada de cáncer de mama hace once años, decidió hacer el viaje para pedir por una de sus hijas, quien pasó por lo mismo hace tres años. Subraya que «es peor ver cómo lo pasa mi hija que el haberlo pasado yo, lo mío no fue nada, es lo de mi hija lo que me importa, no quiero que sufra lo que yo sufrí», y es que, mientras hablaba sobre sus intenciones en esta visita, hizo una pausa para afirmar que «se me corta hasta la respiración al intentar contarlo».

Acudió con «mucha devoción», y «le he pedido a la Virgen salud para mis tres hijas, no he pedido para nadie más, ni he pedido por mí». Recordó que ella lo pasó mal «porque mis hijas eran pequeñas, y no piensas más que en ellas, no en ti», y es que «lo que más te preocupa es cómo afecta a tu familia, mis hijas eran pequeñas y lo que quieres es que tus hijos se puedan defender»; no obstante, está convencida de que «el que fueran pequeñas me daba más fuerza para superarlo porque tenía más ganas por vivir».

También se unieron a la excursión personas de otras localidades, como Balbina Lorenzo Ramos, de Villafranca de Duero, quien fue operada hace seis meses de cáncer de mama. Reconoció que «lo he pasado un poco mal, pero he venido con mucha ilusión a pedir a la Virgen que nos dé salud a todos, y que por este trance pasemos los menos posibles». Y matizó que «todas nos damos ánimos unas a otras, hay mucho compañerismo».

Otra de las mujeres que ha superado un cáncer de mama es Almudena Rico López, de Pedrosa del Rey, quien comenzó con su enfermedad hace ocho años; en cuanto al viaje, aseguró que estaba «muy emocionada y con muchos ánimos, y este viaje me ayuda a tener más esperanza».

Desde Madrid asistió Purificación Alonso Álvarez, quien pidió por su nieta, una niña que ha cumplido los tres años en la UVI, pues lleva ocho meses enferma. Debido a un tumor cerebral, de cuya operación «ha salido bien», está completamente inválida. Afirma que «agradecemos que está viva, porque el uno de febrero creíamos que se nos iba, pero Dios y la Virgen están haciendo que esté todavía con nosotros», y así pidió a la Virgen «que se mejore un poquito, que me la sane, o a lo menos que la tenga viva, pero no como un vegetal como ahora, que se vaya recuperando aunque sea poco a poco», y «pido que esto no le suceda a ningún niño ni a ninguna persona, porque es muy duro».

Rosario Alonso llegó de Benafarces, aunque es toresana, y admitió que acudía "con la esperanza de que la Virgen me ayude a recuperarme un poco», porque hace cinco años la operaron de cáncer de mama. Su petición la dedicó especialmente a su hija, que está enferma. Y desde Vezdemarbán asistió Cristino Alfageme Montoya, quien se ha recuperado de un tumor en el estómago, a lo que ha contribuido su buen ánimo, ya que «he puesto mucho de mi parte», así como el apoyo de su familia, «que es lo más importante, lo único que hay». Agradeció también la ayuda de las Asociaciones de Toro y Zamora, lo que «ha significado mucho para mí y para mi familia». Pidió «por todos mis hijos y por mi hermano, que es canónigo, aunque me falta la mujer».

Por su parte, el presidente de la Junta Local toresana, Ángel García, realizó una valoración «más que positiva», tras comprobar que todos los aspectos del viaje habían resultado bien, lo que se ha traducido en numerosas felicitaciones a la organización. De hecho, asegura que, después de anunciar a los asistentes que en septiembre se «la gente ya ha formado cola para inscribirse, por lo que vemos que se nos va a desbordar». García destaca «la unión entre los participantes, es una Asociación con mucha unidad, nos ayudamos y estamos pendientes de todos», y esto contribuye a que «estos viajes sean una forma de terapia, ya que no se ha hablado de la enfermedad durante todo el viaje».

Además, destaca el que tres personas de Toro pudieran colaborar en la misa de Fátima, tanto en las lecturas como en la Comunión, así como el rezo del rosario en todos los idiomas, con la «unión de muchos peregrinos cristianos». Y así, «ya en casa continuamos con una sensación de paz interior, que es la que sentíamos en Fátima». Lo que pide la Asociación es que «se cumplan todas las peticiones»; García, por su parte, pidió «por todos los enfermos, por los que no han podido desplazarse, por la ciudad de Toro, por el voluntariado, para que conserve la ilusión y las ganas de trabajar, y por la AECC, de forma especial por la Junta Provincial de Zamora, por Benavente, Villalpando y Toro».