La empresa concesionaria del servicio municipal de agua, Acciona, ha concluido las obras de adecuación de la nueva tubería que pondrá fin a los problemas de inundaciones que, desde hace más de dos décadas, padecen los vecinos de los números 33, 35 y 37 de la avenida Carlos Pinilla.

El responsable de Acciona-Agua en Toro, Jorge Mostaza, confirmó que ya han concluido los trabajos de adecuación del nuevo entramado de tubería y la conducción del alcantarillado, por lo que tan sólo resta «tapar» los hoyos que ha sido necesario abrir para instalar este nuevo sistema. Además, durante los últimos días, la empresa Acciona ha realizado diversas pruebas para comprobar el correcto funcionamiento de la nueva tubería y ha procedido al «balonamiento» de la misma para que entrara en carga y, comprobar de esta manera, si se producía algún tipo de fuga.

Destacó Mostaza que la nueva tubería adaptada ofrece «una resistencia importante», aunque, a partir de esta intervención, será necesario «cuidar las conexiones». El responsable de Acciona en Toro también resaltó que con esta actuación se pone fin a un problema que se originó cuando fue construido el bloque de viviendas y el servicio de alcantarillado y saneamiento se acondicionaron debajo del inmueble. En este punto, Mostaza reconoció que esta solución no fue la más adecuada ya que, aunque en un principio no se registraron demasiados problemas, como consecuencia de la expansión urbanística de la zona, la instalación realizada no ha sido suficiente ya que «se tendrían que haber dimensionado las tuberías».

El Ayuntamiento de Toro financiará esta intervención que ha ejecutado Acciona, que, a su vez, ha contratado a la empresa especializada Istituform. Los operarios de esta firma se han encargado en los últimos días de introducir un tubo flexible que durante una hora se somete a una temperatura de 80 grados centígrados para endurecer la resina, creando una nueva tubería con mayor resistencia que la original y que evitará que el agua del colector pueda salir, cuando entre en carga, hacia el sótano de los edificios afectados por este problema.

En varias ocasiones, responsables municipales han reconocido que el origen de este problema es el deficiente estado del colector ubicado en las inmediaciones de los edificios afectados que «tiene fugas y cuando entra en carga, a través de esas grietas o del mal estado de las juntas sale el agua y es la que inunda los bajos del edificio». Tras estudiar distintas opciones, finalmente el equipo de Gobierno se decantó por una solución técnica que se basa en la introducción de una «camisa» compuesta por ingredientes químicos y resinas que se adhiere al colector y «lo restaura por dentro».

La solución elegida, «ofrece mucha resistencia ya que se mete una tubería en otra y evita que el agua de ese colector pueda salir, cuando entre en carga, hacia el sótano». Esta solución ha evitado «abrir grandes zanjas o hacer obras que puedan llegar a prolongarse semanas o meses». Aunque no ha trascendido el presupuesto necesario para ejecutar estas obras, en una reunión mantenida entre responsables municipales y los vecinos afectados se anunció que el Ayuntamiento habilitaría una partida extraordinaria para afrontar la inversión, tras considerar que esta intervención debía ser calificada como «una obra de emergencia».