«Mamá... ¿los alcaldes son buenos?». Esta es la pregunta que la niña de 9 de años Leire Pérez Martín formuló a su madre antes de escribir una emotiva y entrañable carta al alcalde de Toro, Jesús Sedano, para pedirle ayuda y poder cumplir uno de sus sueños: participar en el desfile de carrozas que cada año se celebra en la ciudad durante las ferias y fiestas de San Agustín. Aunque reside en la localidad de Morales del Vino, desde que era un bebé, Leire ha acudido cada año a Toro para disfrutar de su acto favorito de las fiestas, el desfile de carrozas.

Es tal la pasión que siente por este desfile que desde que empezó a balbucear sus primeras palabras, ha intentado, en no pocas ocasiones, convencer a sus padres para que buscaran un piso en la calle Corredera y se trasladaran de Morales del Vino a Toro. Días antes de la celebración del desfile, esta niña preguntó a su madre, si los alcaldes son buenos y ante la respuesta afirmativa de su madre «si hija, hacen muchas cosas para ayudar a los vecinos y a su pueblo», no se lo pensó dos veces y decidió escribir una carta al alcalde de Toro para contarle, a su manera, su sueño de desfilar en una carroza, desde la que poder repartir caramelos entre los niños.

Para enviar esta carta, la pequeña Leire buscó la dirección del Ayuntamiento de Toro por Internet y preguntó a su madre, cuál sería la manera de que la misiva llegara lo más rápidamente posible a manos del regidor municipal. Aconsejada por su madre, Leire decidió que la carta fuera enviada certificada y urgente aunque durante esa semana no recibiera su paga de los domingos para poder pagar el coste del envío. De forma insistente preguntaba a su madre cada día si había enviado la carta al alcalde y su progenitora le tuvo que enseñar el resguardo de Correos para que se convenciera de que ya había sido enviada, carta en la que también incluyó algunas fotografías de cuando era más pequeña y había asistido en Toro a su acto favorito de las fiestas.

Unos días después de la celebración del desfile, Leire ha reconocido que decidió enviar una carta a Sedano porque «quería salir en las carrozas, tenía muchas ganas, y pensaba que así, si me dejaban, podría ver las caras de los niños». Por su parte, el alcalde, aseguró que la carta le provocó «sorpresa» por la letra y, sobre todo, por el contenido, ya que la pequeña Leire le pedía, con su lenguaje infantil, que la ayudara a cumplir este año su sueño de participar en el desfile de carrozas. Tras releer la misiva, el alcalde llamó por teléfono a la niña y «tras hablar un buen rato», le prometió que «haría todo lo posible» para que este año pudiera desfilar.

Para conseguir este objetivo, el alcalde se puso en contacto con uno de los carrocistas que participó en el desfile y finalmente, la pequeña, disfrazada de bucanero, repartió caramelos entre los niños desde la carroza del barco pirata. Para que Leire disfrutara aún más de su sueño, uno de sus hermanos completó con ella todo el recorrido del desfile recogiendo los caramelos que tiraban los niños desde la carroza para entregárselos de nuevo a la pequeña y pudiera así repartir más golosinas entre los numerosos niños de todas las edades que contemplaron en las calles de la ciudad el desfile.

Una vez finalizado este acto, la pequeña, a pesar de la multitud de personas que se concentraron en Toro después del desfile, buscó al alcalde para agradecerle en persona que la hubiera ayudado a cumplir su sueño. El encuentro se produjo en la plaza de San Francisco a la que Sedano, en compañía de los «damos», se dirigió para recoger a la reina y a las damas de las fiestas, como manda la tradición. Durante este encuentro, la pequeña deseó buenas noches al alcalde, al que también regaló un caramelo y un beso en la mejilla en señal de gratitud aunque, como reconoció «sabía que me iba a hacer caso».

Para inmortalizar este encuentro, el alcalde utilizó su teléfono móvil para fotografiarse junto a la pequeña, consciente de que un sencillo y simple gesto ha servido para que Leire pudiera cumplir su sueño de desfilar en una carroza. Por su parte, el alcalde guardará para el recuerdo la carta de Leire porque «era muy cariñosa y porque me hizo mucha ilusión poder atender la petición de la niña que, con su mentalidad, piensa que un alcalde, puede resolver cualquier cosa en un momento».