La congregación de las Hermanas Nobertinas Premostratenses de Toro se ha visto obligada a solicitar ayuda económica para acometer diversas obras de restauración en el convento de Santa Sofía, después de que la crisis haya paralizado los ingresos que percibía esta comunidad por confeccionar prendas íntimas femeninas para una fábrica de León. Por el momento, la congregación ha encontrado apoyo en la Obra Social de Caja España que ha donado a las hermanas 6.000 euros para realizar algunas mejoras en el convento. Con la aportación económica realizada por la entidad financiera, como explicó la hermana superiora de la congregación en Toro, Sor Mari Paz Martínez de Jesús, se adecuará una cámara bufa para poder sanear las habitaciones de las hermanas de la congregación al objeto de eliminar las humedades que afectan a estas dependencias.

Del mismo modo, una parte de esta donación se destinará a reformar una tapia de la casa de la huerta, cuyo deterioro es notable. A pesar de que estas intervenciones serán sufragadas con la donación aprobada por Caja España, la hermana superiora de la congregación reconoció que todavía queda mucho por hacer para mantener en perfectas condiciones el monasterio en el que, en la actualidad, residen 21 hermanas Norbertinas Premostratenses.

Aunque han sido eliminadas las humedades que afectaban a las habitaciones de las monjas, como reconoció la superiora, este problema afecta a la práctica totalidad del convento, aunque las zonas más afectadas son las paredes del coro y de la iglesia. En principio, el origen del problema podría ser el estado de la calle Monjas Sofías que, según la superiora, «está levantada» y está generando humedades en la zona del coro y en la iglesia del convento donde «las paredes están muy deterioradas». Destacó la hermana superiora que «sería bueno que sanearan esta calle» aunque, como reconoció, «estamos esperando para ver si nos llega el momento y, como se han arreglado otras calles en la ciudad, esperamos que también nos arreglen esta».

Del mismo modo, Sor Mari Paz Martínez de Jesús, mostró su preocupación por el estado del torreón de piedra, que es el vestigio más antiguo del documentado palacio que, en el siglo XIV, la reina María de Molina donó a esta congregación para que se asentara en la ciudad.

Otro de los elementos que requiere una intervención, según destacó la superiora, es la base de una columna de sujeción de la cubierta del convento que «está en muy mal estado». Todas estas deficiencias hacen que el convento toresano precise una intervención urgente aunque «nosotras no podemos hacernos cargo», explicó, sobre todo porque, la crisis económica también ha traspasado los muros del monasterio y las hermanas apenas confeccionan prendas íntimas femeninas para una fábrica de León para la que habían trabajado en los últimos años. «Las cosas están muy mal», reconoció la madre superiora aunque agradeció públicamente que vecinos de Toro lleven al convento prendas de ropa para arreglar, trabajo que, en estos momentos, es una fuente de ingresos para las hermanas.