- ¿Cómo surgió la idea de hacer estas jornadas en Toro?

- Nos avisaron de la Asociación para el Desarrollo de los Cuidados Paliativos de Castilla y León, porque ellos percibían la necesidad de tener unas adecuadas habilidades de comunicación con el paciente. Desgraciadamente nosotros damos muy malas noticias tanto a pacientes como a familiares. Si quieren percibir nuestro apoyo y queremos que mejore su calidad de vida al final de la misma, debemos tener determinadas habilidades de comunicación.

- ¿Qué temas han sido los que se han abordado en estas Jornadas en Toro?

- Básicamente nos hemos dedicado a las habilidades de comunicación, no hemos tratado nada de síntomas ni otros aspectos de los cuidados paliativos. Nuestro propósito era que, de la misma forma que tenemos recursos o herramientas clínicas como por ejemplo radiografías, para solucionar los problemas clínicos de los pacientes, también tenemos que solucionar los problemas psicológicos, los problemas de afrontamiento del final de la vida, los problemas de comunicación del diagnóstico? Lo que nos sucede a los médicos es que, claro que queremos apoyar a nuestros pacientes, pero nos duele muchísimo tener que dar malas noticias, nos sentimos impotentes al tener que transmitir que a un paciente le queda poco tiempo de vida. Es muy duro para nosotros y nadie nos enseña a comunicarlo, así que esto ha sido lo que hemos tratado en estos talleres: cómo hablar de esas malas noticias, mostrar un poco un protocolo y unas herramientas para hablar con pacientes y familiares.

- ¿A quién van dirigidos los cuidados paliativos, a enfermos o a familiares?

- Nosotros siempre decimos que no sólo tratamos a pacientes sino también a familiares, porque la familia es el gran apoyo del paciente al final de su vida, sobre todo en una cultura como la nuestra, basada en la unidad familiar. De que la familia pueda apoyar adecuadamente al paciente depende muchas veces la calidad de vida de ese paciente. También de esto va a depender la hospitalización del paciente, porque hay ocasiones en que la familia no puede o no sabe afrontar las dificultades de conlleva la finalización de la vida.

- ¿Disponemos en nuestra comunidad o en la provincia de unidades de cuidados paliativos?

- En Castilla y León hay varias, aunque el problema está en que no hay un plan de cuidados paliativos, de forma que algunas zonas cuentan con unidades y otras no, lo que da lugar a desigualdades y además a no tener un soporte general adecuado. Ha habido un esfuerzo por parte de la Sanidad Castellano-Leonesa e incluso algunas de las unidades punteras del país se encuentran en esta región, como por ejemplo la de Los Montalvos en Salamanca, pero falta un poco de arranque para conseguir una equidad en el tema de los cuidados paliativos en Castilla y León.

- ¿La ley de Dependencia que entró en vigor en 2006 contempla algunos aspectos de los cuidados paliativos?

- La ley de dependencia influye claramente, porque estima recursos sanitarios para pacientes incapacitados en domicilio, que muchas veces son el objeto de nuestros cuidados, aunque no está hecha específicamente para enfermos que requieren nuestros servicios. En España vivimos una escasez crónica de servicios sociales y esta ley nos va a ayudar bastante, pero partimos de una situación muy deficitaria. Nuestros pacientes tienen muy poco apoyo domiciliario; por supuesto que ellos prefieren estar en casa que en el hospital, pero para estar en casa necesitan ayuda y eso es difícil con el sistema social tan precario.

- ¿Existen las urgencias en medicina paliativa?

- En medicina existen las urgencias en todos los ámbitos. Siempre puede haber una urgencia, aunque anticipándose se pueden prever y evitar la mayoría de ellas. Incluso en algunos sistemas se ha creado un teléfono de asistencia para urgencias de paliativos, para tratar casos muy específicos, porque, como en todas las áreas de la medicina, en ésta también existen las urgencias.

- ¿Qué especialistas de la medicina son los que están más en contacto con enfermos que requieren tratamientos paliativos?

- Una especialidad que ha tenido mucha influencia ha sido la oncología, porque el pronostico de vida de un paciente con cáncer es más fácil de realizar que en otras enfermedades y había unas necesidades muy claras que cubrir. Los médicos de familia también han sido pioneros en poner en marcha esta especialidad, así como los geriatras. No es casualidad que la mayoría de los paliativistas vengamos de esas ramas de la medicina.