La sucursal de Caja Rural de Toro, situada en la céntrica calle de Corredera, fue objeto ayer de un robo a punta de pistola, que, según los indicios iniciales, pudiera haber sido cometido por el delincuente más buscado de España, conocido como "el atracador solitario", aunque la subdelegada de Gobierno en funciones, Josefa Chicote, dijo por la tarde que no se podía confirmar la autoría hasta no tener más pruebas. En el atraco resultó herido el cajero de la entidad bancaria, el vecino de Toro Luis Alonso Medina, de 53 años, a quien el asaltante disparó en la pierna derecha, y el delincuente logró hacerse con un botín de unos seis mil euros.

El atraco tuvo lugar hacia las 13.50 minutos de la tarde cuando el asaltante, que portaba un arma corta de fuego, se dirigió al mostrador de la caja de la entidad, que no dispone de protección, y tras intimidar al empleado que estaba al frente de la misma, así como a un cliente, sustrajo del cajón el dinero y posteriormente disparó al cajero, dándose después a la fuga. Según ha relatado el cliente que fue testigo directo de lo sucedido por encontrarse situado detrás de él en la fila, «todo fue muy rápido, ha entrado para adentro, ha cogido el dinero que tenía Luis, me ha dicho que me diera la vuelta para que no le viera los ojos, he oído un disparo, ha dicho: toma, esto por no tener más dinero en la caja, y después ha salido corriendo».

En el momento del atraco se encontraban en la entidad cinco empleados y tres o cuatro clientes. Inmediatamente se personaron en el lugar de los hechos efectivos de la Policía Local de Toro y de la Guardia Civil, quienes intentaron acorralar al delincuente en las inmediaciones de la entidad bancaria. Según las explicaciones que daba el jefe de la policía, Lorenzo de Mena, al poco tiempo de producirse el asalto, «hemos peinado todas las calles adicionales y la verdad es que ha habido un momento en que lo hemos tenido acorralado en la manzana de la sucursal y se nos ha escapado».

Los agentes pudieron ver cómo el atracador huía en una furgoneta de color blanco. Inmediatamente se puso en marcha un «dispositivo de cierre, tanto en Toro como en las principales vías de comunicación de las provincias de Zamora y Valladolid, contando incluso con medios aéreos de vigilancia», según la información facilitada por la Guardia Civil. En un principio se pensó que había huido en dirección a Valladolid, aunque parece ser que dio la vuelta en la carretera al encontrarse con un control de la Guardia Civil. Posteriormente se pensó que había partido en dirección a Zamora por la A-11, aunque al parecer fue confundido con otra furgoneta en la que viajaba una persona de características similares a las que habían aportado los testigos presenciales. A última hora de la tarde de ayer continuaba abierto «el dispositivo de seguridad y las gestiones de investigación con la misma intensidad», según señaló la subdelegado de Gobierno, Josefa Chicote.

La bala que disparó al empleado le produjo una herida con orificio de entrada y salida, en el muslo, por encima de la rodilla. Un compañero le practicó enseguida un torniquete para cortar la hemorragia, antes de que llegara la ambulancia de los Servicios de Emergencia 112 de Castilla y León, que estabilizó al herido en la misma oficina bancaria. Luego, fue evacuado al Hospital Virgen de la Concha de Zamora, donde en el servicio de urgencias le hicieron un reconocimiento completo y comprobaron que el disparo no había afectado a los huesos ni le había causado heridas más graves. El herido estuvo consciente en todo momento y, después de realizarle las pertinentes curas, poco antes de las 17 horas subió a planta de traumatología, donde permanecerá en observación al menos durante esta noche, según confirmó su mujer. Fue el concejal de Obras y Urbanismo, Fernando Caballero, que se encontraba por casualidad en las cercanías de la sucursal cuando se produjo el suceso, quien avisó a la mujer del herido, ya que es funcionaria del Ayuntamiento de Toro. El alcalde Jesús Sedano se desplazó inmediatamente al hospital y también lo hizo el director de la sucursal bancaria. Por su parte, la subdelegada de Gobierno también se personó en el centro hospitalario para interesarse por el herido.

Aunque la cantidad no ha sido confirmada a la espera de que sea realizado el arqueo, parece que el botín que obtuvo el atracador fue de en torno a los 6.000 euros, una cantidad que le pareció insuficiente, a juzgar por las palabras que dirigió al empleado.

En cuanto a la posible autoría, el "atracador solitario" es el principal sospechoso, aunque la subdelegada de Gobierno señaló que «por el aspecto pudiera ser, pero no podemos confirmar nada porque hay que esperar al visionado de las cámaras de seguridad y a comprobar las huellas». Según Chicote, «el único indicio son las declaraciones de los testigos, pero no hay elementos objetivos para confirmarlo, además, se trata de un robo con violencia e intimidación que no es diferente a otros».

Vestía traje claro, camisa azul y gorra, llevaba gafas y tenía «los ojos muy azules»

Lo cierto es que se da la circunstancia de que en el atraco perpetrado en una sucursal bancaria de la provincia de Lugo, el "atracador solitario" también disparó al cajero de la entidad tras enfadarse por entender que había poco dinero. Así mismo, el cliente que fue atemorizado por el delincuente, ha descrito que «llevaba un traje claro, camisa azul, una gorra de esas tipo madrileño, perilla y gafas y que metió el dinero en una especia de maletín», añadiendo que «solo le podría identificar si va con la misma ropa, aunque los ojos sí los pude ver bien, me he quedado con ellos rápidamente, son azul intenso». Según dijo, «se notaba mucho que iba disfrazado y pensé que podía ser el ladrón que sale por la tele». El atracador también pudo ser visto por el padre del anterior testigo, quien se encontraba en el despacho del director de la sucursal y tras oír el disparo «me he levantado rápido porque he pensado: a mi hijo le han pegado un tiro, porque estaba solo en la caja; el tío salía con el revólver en la mano, ha sido todo en un minuto». Según recoge la agencia Efe, el propio herido declaró ayer que el atracador, tras coger el botín de los cajones, le espetó: «si no me das más dinero te pego un tiro» y acto seguido, sin dejarle tiempo ni siquiera para responder, le disparó. El empleado lo ha descrito como una persona de complexión fuerte, con perilla, gafas de ver y que medía 1,70 ó 1,75 metros de estatura. Sobre la posibilidad de que se tratase de "El Solitario", indicó que algunas personas comentaron esa posibilidad, aunque él no puede asegurarlo porque tampoco ha visto hasta ahora fotos del sospechoso. Agregó que el atracador parecía nervioso y actuó con gran rapidez; «todo fue visto y no visto, ha estado dos minutos y ha salido corriendo».

Desde primera hora, la sucursal permaneció precintada hasta la llegada de la Policía Judicial, para proceder a analizar el lugar de los hechos, tomar huellas y estudiar las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad, que el director de la sucursal, Guillermo Sánchez, entregó a la Guardia Civil. La cámara grabó al autor de los hechos cuando entró en la oficina e incluso permaneció en la puerta unos segundos porque, según detalló el director y como recoge la agencia Ical «no podía abrir».

«Yo mismo le indiqué desde dentro que tenía que tirar hacia fuera», ha señalado, sin resultarle sospechoso.

El último golpe de un hombre "normal"

Varón cuarentón y corpulento, 1,80 de estatura. Barba espesa y pelo abundante con flequillo largo. Nariz prominente y ojos azules. Pinta de ejecutivo: americana o cazadora, camisa y pantalón de talle recto. Rostro familiar, aspecto afable, tanto, que pasa desapercibido. Nada fuera de lo habitual es... el atracador solitario.

Pero todo esto no es más que un disfraz. Y que bajo ese aspecto de aparente normalidad y esa caracterización más propia de un actor de cine o de teatro que de un ladrón de bancos se esconde el atracador «más peligroso» del país, «el más buscado», de quien no se conoce identidad ni se tiene huella dactilar ni rastro genético alguno. La barba y el cabello son postizos. Los ojos claros, lentillas coloreadas. La robustez choca con su rostro delgado; la provoca el chaleco antibalas con que se protege el torso.

Parte de la milimétrica estrategia que desarrolla en cada asalto. Robos rápidos y sin fallos. Sin puntos débiles. De profesional. Es un hombre misterioso y escurridizo. Una adivinanza sin solución, una incógnita sin despejar, un enigma que lleva casi una década sin resolverse en los archivos policiales de la Dirección General de la Guardia Civil, una imagen difusa en las cámaras de videovigilancia de las sucursales, un "Se busca" sobre la pared de hormigón. Según la información extraída de www.policiajudicial.es, es el autor de casi una treintena de atracos a bancos y tres homicidios que se envuelve los dedos de las manos en cinta adhesiva para no dejar huellas, que no duda en apretar el gatillo si los planes salen mal y abandona el lugar tal y como llegó: solo, con paso sereno y aire despreocupado, sin levantar barullo, en sigilo.

550.000 euros, casi cien millones de las antiguas pesetas, es lo que lleva recaudado este atracador durante toda su carrera. Aunque con los bolsillos llenos. En uno guardará las llaves del todoterreno marca Suzuki que conduce y el arma que siempre utiliza para atemorizar a clientes y empleados bancarios; una pistola grande y plateada, la subametralladora Ingram Maretta, de tamaño similar a una automática. Diseñada para usar proyectiles de grueso calibre, puede dispararse a tiro o a ráfagas a corta distancia, pero de lejos pierde precisión. En el otro bolsillo esconderá el botín.

Hace tiempo que "El Solitario" come de los 550.000 euros de los que se ha apropiado en los atracos cometidos sin que nunca hasta la fecha se le haya pillado con las manos en la caja. «Ese es el apelativo que le han puesto la televisión y los periódicos», explica Félix -se omite el apellido por motivos de seguridad-, responsable de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, con sede en Madrid, encargada de buscar agujas en los pajares de la delincuencia española.

«"El Solitario" reaparece cuando tiene una necesidad imperiosa de dinero fácil, y con los 800 euros que se llevó en Sarria -el último asalto protagonizado por él- no se resuelven muchas papeletas. No tardará en actuar de nuevo», aventura el jefe policial. ¿Dónde? «Ha cometido robos en lugares tan lejanos entre sí -de Valencia a Galicia, Navarra y Aragón- que no se puede determinar». Se presume que en la costa mediterránea, donde ha machacado 17 cajas de ahorros, tiene su escondite.

El atracador llevaba dos años ausente hasta que su cetrina figura volvió a captarla el pasado 20 de abril la cámara de seguridad de una entidad bancaria de Sarria (Lugo). Necesitaba el dinero y, al parecer, urgentemente. Permaneció un minuto y cincuenta segundos en el interior de la oficina. El tiempo justo para aproximarse a tres ventanillas. En la tercera encontró «una cantidad próxima a los 800 euros» en un mostrador bajo.

- «¿Sólo tienes esta puta mierda?», espetó al empleado Jesús L.P., de 50 años. Al recibir respuesta afirmativa, el hombre de la barba pareció desistir y se dio la vuelta. Ya se iba, cuando se giró para disparar al trabajador, quien no había opuesto resistencia ni se había enfrentado a él. Le apuntó al muslo con frialdad. Un tiro limpio, pero «sin querer herirle de muerte», precisa Félix. Una escena muy similar a la que asistió el guarda de seguridad de un banco de Castejón, en Navarra, el 9 de junio de 2004. Ante la pobre recompensa obtenida, "El Solitario" lo pagó con el agente privado. Antes de cruzar la puerta de salida, le disparó en una pierna.

Actividad delictiva desde 1998

Quizá la última vez le pesaron las tres víctimas mortales que acumula (dos guardias civiles de Tráfico y un agente municipal) y las otras cuatro personas que ha dejado heridas (dos policías locales, un guarda privado y un empleado bancario) en atracos anteriores, desde que se tiene constatada su actividad delictiva, en 1998.

En los homicidios que se le imputan actuó con mucha más crueldad. Tras el atraco de Castejón, la casualidad hizo que una patrulla del destacamento de Tráfico de Calahorra le diera el alto en un control rutinario. Cuando "El Solitario" tuvo a los agentes a tiro, y con el vehículo todavía en marcha, asomó el subfusil por la ventanilla y descargó 23 balas desde el coche, un Suzuki «verde azulado», corroboraron varios testigos. Catorce balas impactaron en los cuerpos de los funcionarios. Los investigadores recogieron veinte casquillos del calibre 45 milímetros y de la marca Geko.

Según el informe balístico, era la misma munición que, cuatro años atrás, acabó con el cabo de la Policía local de Vall d´Uixó (Castellón), quien trató de hacer frente al asaltante más buscado. En aquella ocasión, el todoterreno que le alejó de la cárcel era blanco. «Es un dato significativo para reconocerle si alguien conoce a una persona que, o bien sea aficionada a la marca Suzuki, o bien le gusten los todoterrenos y le ha visto tenerlos de dos colores».

Se estudia si eran vehículos distintos o era el mismo pintado de dos tonos. Otra posibilidad que se analiza es que el atracador tenga o haya tenido alguna relación «con círculos militares, porque la cartuchería que usa no es fácil de conseguir».

«Lo que es seguro es que no le vamos a encontrar en un poblado chabolista gastándose cinco millones en droga o haciendo ostentación de lo que ha robado, es más que probable que lleve una vida normal», sostiene el agente de la UCO. «Tampoco buscamos a un hombre con barba y pelo abundante, ése es sólo su disfraz», añade.

La unidad ha visionado una y otra vez las cintas de video que han filmado a "El Solitario" y ha conversado una y otra vez con las personas que presenciaron los asaltos. También con las que no se percataron de la presencia del ladrón en la oficina bancaria. Pero las pistas disponibles son tan escasas que se ha activado un "plan B": una línea telefónica gratuita abierta a la ciudadanía, el 902.10.12.12, que aún no ha dado frutos. Solitario o no, el atracador

más temido es una pieza codiciada que sigue campando a sus anchas

en algún lugar de España.