La Guardia Civil de Alicante ha detenido en Rojales a un británico de 49 años como presunto autor de un delito de lesiones por imprudencia grave y un delito de omisión del deber de socorro. Las lesiones fueron producidas por dos perros de raza potencialmente peligrosa.

Una mujer kosovar, de 50 años, paseaba por un parque de la urbanización de Ciudad Quesada de Rojales, cuando de repente se vio atacada por dos perros de raza potencialmente peligrosa, que paseaban sueltos y sin bozal. Los perros, de la raza "bull-terrier", tras derribarla, le mordieron en la cara y las lesiones fueron de tal envergadura que necesitó una cirugía facial de urgencia para reconstruirle el rostro.

En el momento de la agresión, pudo ver que en el mismo parque se encontraba un hombre que, lejos de socorrerla, se alejó del lugar corriendo con los dos perros.

Tras interponer denuncia en la Guardia Civil de Almoradí, los agentes del Área de Investigación comenzaron a indagar por la zona en busca de posibles testigos que les condujeran hasta el dueño de los perros.

Las pesquisas llevaron a la Guardia Civil hasta una pareja de británicos que residían por el barrio, y eran dueños de los perros. Cuando les preguntaron por lo ocurrido, ellos decían no saber nada, ya que, al parecer, habían contratado los servicios de un "paseador" de perros para sus animales.

Se trataba de un hombre británico de 49 años, y al parecer fue él quien se encontraba con los canes cuando atacaron a la mujer en el parque. A pesar de que tenía licencia "PPP" o de tenencia de Perros Potencialmente Peligrosos, el hombre había obviado las principales medidas de seguridad que establece la normativa.

Concretamente, ésta regula la obligatoriedad de uso del bozal en lugares públicos, así como llevar atado al animal con una correa o cadena de menos de 2 metros, y del tipo no extensible. También está prohibido llevar más de un perro, de este tipo de razas, al mismo tiempo.

Si el "paseador" hubiera cumplido, al menos una de estas normas, se habría podido evitar la agresión y las gravísimas lesiones que sufrió la mujer.

Finalmente, el británico de 49 años, fue detenido por la Guardia Civil como presunto autor de un delito de lesiones por imprudencia grave, y otro delito de omisión del deber de socorro, siendo puesto a disposición judicial, siendo decretada su libertad provisional con cargos.