A las seis y un minuto de la tarde del 4 de abril de 1968 una bala le atravesó la garganta. La voz de Martin Luther King, el mayor defensor de los derechos civiles de EE UU, se apagó en el balcón del hotel Lorraine de Memphis, donde se conmemora el 50 aniversario de su asesinato y también de su legado. Las imágenes que hoy se pueden ver en el hotel Lorraine, reconvertido en el Museo Nacional de Derechos Civiles (NCRM, en sus siglas en inglés), hacen un recorrido por los últimos días de vida del líder afroamericano en Memphis, visiblemente atemorizado en las marchas que lideró para lograr un salario digno para los basureros negros. Bernice King, la hija pequeña, tuvo la oportunidad este lunes de visitar antes de su apertura la exposición.