El pasado de Egipto siempre ha sido objeto de numerosos enigmas y uno de ellos era el de 'La Momia que Grita'. Durante 3.000 años la momia ha mantenido intacto un chillido de dolor en su cara, deparando su denominación.

Debido a la forma de enterrarla, se dio por sentado que era de la realeza, pero se llevaron a cabo rituales que propiciaron su apariencia para el resto de la historia.

Las incógnitas eran claras y, gracias a los exámenes de ADN que tuvieron lugar hace unos meses, han sido resueltas. Al parecer, la momia podría ser el hijo del faraón Ramses III y, a la vez, partícipe de la muerte de éste.

Resultado de una conspiración

Resultado de una conspiraciónEl faraón, aparentemente, fue asesinado en la conocida como la 'Conspiración del Harem'. Se trata de un complot que tuvo como objetivo asesinar a Ramses III y elevar al trono al hijo de una de sus esposas, Tyli. De esta forma, el Príncipe Pentaur iba a ser nombrado faraón en lugar del heredero legítimo, Ramses IV. Según las últimas pruebas, los encargados de maquinar el plan no pudieron acabar con Ramses IV, quien logró la coronación y arrestó a los conspiradores.

Esta intrigante historia de la realeza egipcia indica que el cuerpo de 'La Momia que Grita' podría ser el del Príncipe Pentaur. Pudo ser atrapado y, al formar parte de la realeza, darle la opción de suicidarse. Esta evidencia explicaría la razón de la mueca en su rostro, ya que podría haber elegido ahorcarse a si mismo. A la vez, se explica la momificación impura que se le dio al príncipe, para maldecirle y que su alma no llegara al Más Allá.