El mal tiempo ya ha hecho acto de presencia en buena parte de España. El otoño se va mostrando poco a poco, con bajada de temperaturas, lluvias y, en ocasiones, granizo. Este último es un elemento que no se presenta con frecuencia, pero si lo hace, es más que probable que lo veamos durante el día que por la noche. ¿A qué se debe?

El granizo se genera gracias a la evaporación del agua que hay en la superficie terrestre. La acción del Sol hace que el líquido se transforme en vapor de agua. Éste sube en dirección a la atmósfera por efecto de las temperaturas, ya que el aire caliente es más 'ligero' que el frío. Este vapor se va enfriando de forma paulatina y compone las nubes en la que van a estar presente las gotas de lluvia.

En el caso de la nieve, la temperatura se enfría a -1C, produciendo los copos. Pero en el caso del granizo, las gotas de agua se congelan de forma más aguda, alcanzando temperaturas de -15C. El granizo se da en situaciones de tormentas intensas por la presencia de las nubes cumulonimbos, formadas por columnas de aire cálido y húmedo y que se elevan como una espiral rotatoria. El tamaño del granizo puede ir desde los 5 a los 50 centímetros.

Este tipo de nubes necesitan, por lo general, del calor diurno que proporcionan los rayos solares, además de que el enfriamiento del suelo en los tramos nocturnos dificulta asimismo las granizadas en esas horas. Estas son las razones por las que las granizadas son más infrecuentes por la noche, aunque eso no significa que no se produzcan.

El hecho de que el granizo se asocie al efecto del calor provoca que también aparezca en las típicas tormentas veraniegas, surgidas después de la aparición del viento sur. El granizo y su vertiente más extrema, el pedrisco, pueden generar graves efectos sobre la superficie terrestre, como perjuicios a cultivos agrícolas.

El sur de Europa - países como España e Italia -, la vertiente mediterránea y los países balcánicos son algunas de las zonas en las que se suelen dar situaciones de granizo, sobre todo en verano. En el resto del mundo, países como Argentina y Chile en Sudamérica, y China e India, en Asia, son otras de las zonas que más veces suelen sufrir las granizadas.

Debido a sus efectos, el hombre siempre ha tratado de combatir el granizo. Es especialmente controvertido y polémico el uso del yoduro de plata, una sustancia química muy insoluble en agua que contribuye a congelar las gotas de agua de las precipitaciones. Sin embargo, puede provocar graves daños medioambientales, no frena totalmente el granizo y, además, puede ralentizar el ritmo ordinario de la lluvia, agravando así el problema de la sequía.