La escritora británica Karen Armstrong, galardonada este miércoles con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2017, colgó los hábitos en 1964 después de siete años como monja católica y se consagró al estudio comparado de las religiones y al entendimiento entre las distintas creencias.

Nacida el 14 de noviembre de 1944 en Wildmoor (Worcestershire), Reino Unido, en el seno de una familia con raíces escocesas, es autora de varios libros, en el primero de los cuáles, 'Through the Narrow Gate' -A través de la puerta estrecha- describía su vida como religiosa.

En vez de seguir con esa vocación, Armstrong, dedicó su vida a estudiar y profundizar en las creencias -cristianismo, islam, judaísmo, budismo o hinduismo- desde fuera de los dogmas.

Se alejó de la fe católica, pero tampoco se define como agnóstica; para ella su religión es el estudio de las religiones.

Después de graduarse en la Universidad de Oxford ha dedicado gran parte de su vida ha estudiar las religiones desde un punto de vista histórico y a enseñar Literatura en la Universidad de Londres y en un colegio público.

Además es asidua colaboradora del diario 'The Guardian' y de la televisión británica, ha participado en varios documentales e imparte conferencias.

Miembro honorario de la Association of Muslim Social Scientist, su trabajo se ha traducido a cuarenta idiomas.

Es autora de más de veinte títulos entre los que destacan: 'Una historia de Dios' (1993), 'Una historia de Jerusalén, una ciudad y tres religiones' (1996), 'Breve historia del mito' (2005), 'Historia de la Biblia' (2007), 'En defensa de Dios' (2009) y 'Campos de Sangre' (2015).

Convertida en un referente internacional en la historia de las religiones, desde 2005 es miembro del Grupo de Alto Nivel de la Alianza de las Civilizaciones, una iniciativa de la ONU a instancias del entonces presidente español José Luis Rodríguez Zapatero para promover el compromiso de la comunidad internacional para tender puentes sobre la brecha abierta entre la sociedad islámica y la occidental.

Frente al laicismo ateo, Karen Armstrong considera agresivo el creciente recelo contra el Islam, por lo que defiende una visión comprensiva del hecho religioso y, sobre todo, de la tendencia humana a la búsqueda de la espiritualidad.

En su faceta como conferenciante, destaca su participación en los foros TED, que le otorgaron en 2008 su premio anual, y es promotora de la 'Carta por la compasión', documento que aboga por el entendimiento entre culturas y credos.

En 'La gran transformación' (2006), Armstrong narra como las religiones modernas, en su origen histórico, no eran un conjunto de creencias, de cuestiones sobre las que había que tener fe, sino esencialmente una propuesta de cambio personal a un nivel muy profundo y a través de la acción.

Las religiones así entendidas, como compromiso de vida ético y compasivo con los demás -dice la autora-, tienen un enorme poder de transformar al ser humano por dentro, de mejorarle, en definitiva.