La próxima madrugada a las 02:00 serán las 03:00 (las 02:00 en Canarias). Esto significa que hay que adelantar los relojes para dar la bienvenida al horario de verano. Esta práctica, que tiene sus primeros antecedentes en el Imperio Romano, se realiza el último domingo del mes de marzo.

El cambio horario, tal como lo conocemos en la actualidad, se remonta a la década de los 70, cuando se produjo la primera crisis del petróleo. En 1973, la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió cortar el suministro a los países que habían apoyado a Israel durante la guerra de Yom Kipur, lo que incluía a EEUU y sus aliados. A raíz de esto, algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz solar.

¿Por qué es necesario este cambio?

Esta medida tiene impactos positivos sobre el ahorro y beneficia a sectores como el transporte y las comunicaciones, a la seguridad vial, las condiciones de trabajo, la salud, el turismo y el ocio, sostiene un estudio de la Comisión Europea.

En España, el potencial de ahorro en iluminación por el cambio de hora puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

De esa cantidad, indica el IDAE, 90 millones corresponderían al potencial de los hogares, lo que supone un ahorro de 6 euros por vivienda, mientras que los otros 210 millones restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.

Pero este potencial de ahorro no se alcanza solo cambiando la hora. Es necesario llevar a cabo un comportamiento responsable en el hogar, por ejemplo, prescindiendo de la iluminación artificial cuando no es necesaria.

Además, independientemente del cambio de hora, seguir determinadas pautas o hábitos puede permitirnos ahorrar hasta 100 euros al año, además de evitar emisiones contaminantes a la atmósfera.

Estas pautas son:

  • Aprovechar la luz natural.
  • Apagar la luz cuando se salga de una habitación.
  • Usar bombillas o fluorescentes de bajo consumo o led, que ahorran hasta un 80%.
  • Utiliza colores claros para decorar su casa. El ambiente es más luminoso.
  • Usar reguladores electrónicos de flujo para las halógenas.
  • Instalar detectores de presencia en las zonas de paso.