Este lunes ha dado comienzo la primaverala primavera. Con ella no solo llega una nueva estación, más verde y con una temperatura más agradable que la del frío invierno que se deja atrás (y con más alergias). Como todos los años, viene acompañada del cambio de hora. Un adelanto de las agujas del reloj que no a todos gusta: los que vean el vaso medio vacío se quejarán de que el domingo habrá “una hora menos para dormir”.

En efecto, en la madrugada que media entre este sábado día 25 y el domingo 26 de marzo, el reloj se saltará una hora y a las dos de la madrugada serán las tres. Es decir, que el sábado nos acostaremos en horario de invierno, y el domingo nos despertaremos en horario de verano.

En los relojes digitales sincronizados por satélite -por ejemplo, los que incorporan todos los ‘smartphones’, o los de los relojes inteligentes- el cambio aparecerá de manera automática; pero en los relojes analógicos o digitales sin conectividad, habrá que estar pendientes de adelantar las manecillas acorde con el resto del país, si no queremos llegar tarde a los compromisos del domingo.

En la práctica, lo que este adelanto de una hora supondrá es que dejará de amanecer tan pronto -en estos días, alrededor de las 07:15 horas de la mañana (hora peninsular) ya no está siendo necesario el alumbrado eléctrico- y por las tardes la luz durará sesenta minutos más. Es decir, el sol se esconderá sobre las 20:30 horas (hora peninsular).¿Es beneficiosa esta modificación horaria?

Los defensores de este cambio horario entienden que los beneficios son más que los perjuicios. Al adelantar el reloj y amanecer más tarde, no se desperdicia tiempo de luz en los que la gente todavía no se ha levantado de la cama.

Y al anochecer más tarde, los adultos pueden disfrutar de más tiempo de luz después de salir del trabajo, los niños pueden estar más tiempo en el parque sin que se haga de noche y los dueños de bares y comercios ven como la gente retrasa la hora de ir a casa, lo que es beneficioso para sus negocios.

También se esgrime como argumento a favor de este cambio que se reduce el gasto en electricidad, al verse alargado el día.

El huso horario

Con este cambio de hora, España pasa de hallarse en el GMT+1 del horario de invierno al GMT+2 del horario de verano. En Canarias siempre es una hora menos, por lo que se pasa del GMT al GMT+1.

Este cambio horario se mantendrá hasta el último fin de semana de octubre, cuando habrá que realizar la operación inversa y retrasar el reloj una hora.