Nuestro guía para hoy, firme candidato a votar a Trump, trata de convencernos de que los numerosos vagabundos que nos cruzamos, lo son porque les sale rentable. Tenemos que digerir esta lógica aplastante mientras avanza la primera hora de la mañana entre comentarios controvertidos hacia el barrio chino, el barrio italiano, el barrio gay... La cara B de la filosofía yankee expuesta por un japonés con acento sudamericano.

Así comienza el día con menos nombres de gigantes tecnológicos en nuestra agenda. Toca pasear por el Golden Gate y disfrutar de las impresionantes vistas desde el segundo punto más alto de la ciudad. Una interminable extensión de viviendas de máximo tres plantas que cubre San Francisco. Sólo el distrito financiero, sede de algunos de esos gigantes, se salta la norma.

Acabamos la parte turística comiendo en el BubbaGump, conocido por la película Forrest Gump. Y para hacerlo acorde a la temática, tenemos que salir corriendo. Hay que llegar al bus que nos lleva a nuestro siguiente encuentro, al que nos pastorean los coordinadores de este viaje con una paciencia infinita.

Yoga en el barrio chino en el distrito financiero de San Francisco.

Regresamos a FounderSpace, la famosa aceleradora de 'startups', para recibir una formación sobre protocolo en los negocios en EEUU. Aquí se permite que te dirijas a alguien sólo porque podríais tener intereses comunes. Y en el poco tiempo que llevo en el país puedo asegurar que incluso prestan atención. Eso pese a que posiblemente la de Silicon Valley sea la población más "pitcheada" del mundo, los que más discursos sobre startups hayan tenido que soportar. La premisa es ser breve y conciso.

Pasamos a la siguiente ronda de la tarde, un coloquio con emprendedores españoles relacionados de alguna manera con la tecnología, y que actualmente trabajan en Silicon Valley. Para alivio de todos los que no dominan el inglés o están demasiado cansados para procesar otro idioma, recibimos el castellano entre aplausos.

En esta mesa de preguntas nos encontramos por primera vez a una emprendedora mujer en la ciudad. Verónica Torras, fundadora de Bwom, nos impresiona con su apuesta por introducir en el mercado americano una aplicación para la salud íntima de la mujer.

Coloquio con emprendedores españoles en Founder Space.

Los cinco emprendedores nos aseguran que Silicon Valley es "el Disneyland de los adictos al trabajo y a levantar startups". Y sonríen al comentar que al final, si te especializas en una línea de negocio, San Francisco también es un pueblo. Acabas conociendo a casi todos los de tu sector. Otra clave es que cuentes tu idea a todo el que puedas, quitarse el miedo a que roben tu proyecto. Porque aquí todo el mundo tiene ideas, proyectos, y poco tiempo para molestarse en plagiar los tuyos. De hecho, debes sacar prototipos o el propio producto mucho antes de que esté perfecto, "si no te da vergüenza al sacarlo, es que deberías haberlo hecho antes".

Y si algo nos repiten desde que llegamos a la ciudad es que no se invierte en 'startups', sino en personas. No saben si al final saldrá adelante, pero confían en que ese líder será capaz de pivotar o buscar un nuevo proyecto más exitoso.

Terminamos el día con un paseo hasta la famosa tienda de Apple en San Francisco. Un enorme pero a la vez minimalista edificio blanco que destaca entre las grandes marcas de la zona de la Market Street. Varios compañeros hacen aprovisionamiento de iPhone y Mac, aprovechando el precio respecto a España. Uno de ellos entabla conversación con un vendedor y en apenas una charla logra un nuevo contacto y la posibilidad de adentrarse más en Apple. Parece que los consejos que nos han dado funcionan.

Para disfrutar del contraste con todas las grandes empresas que nos hemos cruzado o para economizar, realizamos una inversión mínima en cenar en una pizzería de dudosa salubridad, planteándonos el futuro de nuestros proyectos.