Seguramente habrás notado cómo las calles se llenan de estos insectos de gran tamaño. No es casualidad y la explicación es más sencilla de lo que crees.

Durante los primeros días de otoño, bajan las temperaturas y las hojas de los árboles cambian de color, pero además, las calles se llenan de hormigas de gran tamaño que tienen la peculiaridad de tener alas. No se trata de una mutación ni de una invasión, sino que tiene una explicación muy particular.

Las temperaturas otoñales y las primeras lluvias de la estación coinciden con el período de apareamiento de las hormigas. Esta peculiaridad les hace desarrollar alas para poder salir del hormiguero y fundar nuevas colonias.

La mayoría de estas hormigas mueren -sobre todo los machos-, pero las que consiguen sobrevivir, buscan el lugar adecuado para fundar un nuevo hormiguero y se desharán de sus alas para desempeñar el papel de hormiga reina y perpetuar la especie. El motivo por el que ocurre en este momento del año es porque la lluvia ablanda los suelos y les resulta más fácil construir nuevos hormigueros.