Una "impresionante" bola de fuego, tan brillante como la luna, ha sobrevolado esta madrugada, sobre las 06:12 horas, buena parte del sur y el centro el país, tal y como han registrado los detectores instalados en el Complejo Astronómico La Hita de La Puebla de Almoradiel (Toledo).

Dos noches antes, otra brillante bola de fuego fue también registrada por estos detectores, instalados por la Universidad de Huelva, sobrevolando la central nuclear de Almaraz (Cáceres), según ha informado la Fundación AstroHita, que ha subido a Youtube dos vídeos donde puede observarse el fenómeno astronómico.

Estos detectores trabajan en el marco del Proyecto Smart, cuya finalidad es monitorizar continuamente el cielo con el fin de registrar y estudiar el impacto de la atmósfera terrestre de rocas procedentes de asteroides y cometas.

El análisis ha sido llevado a cabo por el profesor José María Madiedo (Universidad de Huelva), investigador responsable del Proyecto Smart, quien ha revelado que esta bola de fuego sobrevoló el norte de la provincia de Jaén, iniciándose a una altitud de unos 117 kilómetros.

El evento luminoso, que fue grabado también desde las estaciones de registro Smart que operan en los observatorios de Calar Alto (Almería), La Sagra (Granada) y Sevilla, avanzó rápidamente en dirección suroeste y finalizó a unos 78 kilómetros de altura sobre la localidad de Orcera (Jaén).

Precisamente, el Complejo de la Hita anunció la instalación de dos nuevos dispositivos la semana pasada, que se sumaron a los cinco de los que ya disponía y que utilizan para analizar la procedencia y la composición química de estas rocas que, en ocasiones, pueden llegar a producir "espectaculares" bolas de fuego como consecuencia de su violento choque contra la atmósfera.

Las bolas de fuego reciben el nombre de bólidos y cuando las rocas que las producen sobreviven a su brusco paso por la atmósfera terrestre los fragmentos resultantes impactan contra el suelo en forma de meteoritos.

Respecto a la bola de fuego registrada en Almaraz, se produjo por un fragmento desprendido de un cometa que impactó contra la atmósfera a unos 95.000 kilómetros por hora.

Este fragmento terminó desintegrándose cuando se encontraba a una altitud de unos 85 kilómetros, prácticamente sobre la vertical de la central nuclear cacereña.