Aguantar una mirada algo más que indiscreta en plena reunión de trabajo, ver como los rótulos de cuartos de baño 'asignan' directamente a la mujer la función de cambiar los pañales de los niños, comprobar como algunos vendedores se dirigen al hombre en lugar de a ambos porque consideran que ellas no entienden acerca de lo que necesitan... Los micromachismos siguen estando muy presentes en toda la sociedad. Y afectan a todas las mujeres, cualquiera que sea su condición social y edad. Se trata de prácticas machistas de carácter tan sutil que en ocasiones pasan desapercibidas. Pero existen.

Imagen de una plaza en un aparcamiento en Girona.

Comportamientos que sociólogos como el francés Pierre Bordieu han definido como "violencia suave" y que están presentes en el día a día, como hacer sentir a la mujer que no es capaz de realizar determinadas tareas en el hogar, tomar decisiones -aunque no sean trascendentales- sin consultar con ella en el ámbito de la pareja, reprochar a la mujer cosas que un hombre no recriminaría a otros hombres... Casos que, en determinados contextos, también pueden ser catalogados como ejemplos de machismos a secas.

Las señales no paritarias están también muy presentes en la calle. Asientos reservados para madres con un bebé y no para padres. Plazas de parking reservadas en los supermercados para las mujeres que hacen la compra, no para los hombres. Y también en la publicidad. La organización estadounidense 'WomenNotObjects' ha publicado un vídeo en el que denuncia el uso de la mujer como objeto en el lenguaje publicitario.