Los científicos están revelando continuamente nuevos hechos sobre el 'Homo sapiens' de los restos momificados de Ötzi, un hombre de la Edad del Cobre que fue descubierto en un glaciar en 1991. Hace cinco años, después de que el genoma de Ötzi fuera completamente descifrado, parecía que esta fuente de espectaculares descubrimientos sobre el pasado no tardaría en secarse, pero ahora, un equipo internacional de científicos han demostrado la presencia de la bacteria 'Helicobacter pylori' en su contenido estomacal.

Se trata de una bacteria que está muy presente entre los seres humanos de hoy en día y este nuevo trabajo liderado por el paleopatólogo Albert Zink y el microbiólogo Frank Maixner, de la Academia Europea en Bozen/Bolzano (EURAC), en Italia, podría dar sustento a la teoría de que los humanos ya estaban infectados con esta bacteria estomacal al comienzo de su historia. Los científicos logradon decodificar con éxito el genoma completo de la bacteria.

Cuando Zink y Maixner de colocaron muestras del estómago de este hombre de hielo bajo el microscopio en su antiguo laboratorio de ADN en EURAC, hace casi tres años, eran escépticos. "La evidencia de la presencia de la bacteria 'Helicobacter pylori' se encuentra en el tejido del estómago de los pacientes hoy en día, por lo que pensamos que era muy poco probable que encontramos algo porque la mucosa del estómago de Ötzi ya no está", explica Zink.

Junto con colegas de las universidades de Kiel, Alemania; Viena, Autria, y Venda, en Sudáfrica, así como el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana en Jena, Alemania, los investigadores trataron de encontrar una nueva manera de actuar. "Hemos sido capaces de resolver el problema una vez que se nos ocurrió la idea de extraer todo el ADN del contenido del estómago --explica Maixner--. Después de lograrlo con éxito, conseguimos desentrañar las secuencias individuales de 'Helicobacter' y reconstruir un viejo genoma del 'Helicobacter pylori' de hace 5.300 años".

Los científicos encontraron una cepa potencialmente virulenta de la bacteria, a la que el sistema inmunológico de Ötzi ya había reaccionado. "Hemos demostrado la presencia de proteínas marcadoras que vemos hoy en día en los pacientes infectados por 'Helicobacter", subraya este microbiólogo.

Una décima parte de las personas infectadas desarrollan otras complicaciones clínicas, como gastritis o úlceras estomacales, la mayoría en la vejez. "No se puede decir con cierto grado de certeza si Ötzi sufrió problemas estomacales --reconoce Zink-- porque su tejido del estómago no ha sobrevivido y es en este tejido donde primero se pueden distinguir esas patologías. Sin embargo, existen las condiciones previas para una enfermedad de ese tipo existen en Ötzi".

Tras completar su biopsia de estómago, los dos científicos de EURAC transfiereron los datos del genoma para el análisis por su colega Thomas Rattei, de la Universidad de Viena, en colaboración con genetistas de Estados Unidos, Sudáfrica y Alemania, quienes llegaron a una conclusión sorprendente. "Habíamos asumido que nos encontraríamos con la misma cepa de 'Helicobacter' en Ötzi que se encuentra en los europeos de hoy --explica el biólogo computacional--. Resultó ser una cepa que se observa principalmente en el sur de Asia Central y en la actualidad".

Los investigadores asumen que había originalmente dos tipos de cepas de la bacteria, una africana y una asiática, que en algún momento se recombinaron en la versión europea de hoy. Puesto que las bacterias se transmiten por lo general dentro de la familia, la historia de la población mundial está estrechamente ligada a la historia de las bacterias. Hasta ahora, se había supuesto que los humanos del Neolítico ya portaban esta cepa europea en el momento en que dejaron su vida nómada y se pasaron a la agricultura.

Sin embargo, la investigación sobre Ötzi demuestra que eso no era así. "La recombinación de los dos tipos de 'Helicobacter' solamente puede haber ocurrido en algún momento después de la era de Ötzi y esto demuestra que la historia de los asentamientos en Europa es mucho más compleja de lo que se creía", dice Maixner.

Se necesitan más estudios para demostrar hasta qué punto estas bacterias que viven dentro del cuerpo humano pueden ayudar a entender cómo se desarrollaron en los humanos. Las investigaciones en curso, cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista 'Science', invitan a seguir investigando.