Pedro Duque (Madrid, 1963) lleva inscrito en la frente un título insuperable: primer astronauta de nacionalidad española. Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1999, actualmente trabaja para la Agencia Espacial Europea (ESA) en Munich, en el centro de control de la Estación Espacial Internacional. Tiempo atrás, hizo un paréntesis en su dedicación a la ESA para dirigir durante cinco años una empresa privada.

-¿En qué consiste su trabajo cotidiano en la ESA?

-Hablar con los compañeros que están en la Estación Espacial, ayudar en la planificación de las tareas... Aparte de eso, mantengo las calificaciones y las licencias de astronauta, y cada año tengo que pasar ciertas pruebas. Estoy a la espera a ver si algún día me toca ir también a mí.

-¿Le apetece volver?

-Siempre, cada día.

-¿Hay algún proyecto para usted?

-Son vuelos regulares. Aproximadamente cada año va al espacio un astronauta europeo. El siguiente irá el 15 de diciembre. Otro el año que viene. Luego hay otros dos o tres vuelos que más o menos están asignados...

-¿Principales investigaciones en marcha?

-Hay muchas disciplinas que utilizan la Estación Espacial como herramienta de investigación: fisiología humana, física de los materiales... Pero ya no existe en la ciencia una investigación que de repente vaya a cambiar el mundo. Esto es una cadena muy grande de investigadores, y unos se basan en lo hecho por otros, y de vez en cuando necesitan la Estación Espacial. Ésa es la cadena en la que estamos.

-¿Qué le ha aportado el paso por la empresa privada?

-Me ha enseñado a manejar los asuntos de la forma más eficiente posible. Por mucho que se quiera, son muy distintos los métodos de trabajo en la empresa pública y en la privada. En la privada hay mucha mayor presión por los resultados. He aprendido mucho. Al principio me costó, pero creo que después fui capaz de hacerme con las técnicas de gestión propias de una industria y voy a intentar aplicarlas en lo posible a la ESA para mejorar su eficiencia.

-¿Piensa que la ESA debería mirarse en el ejemplo de la empresa privada?

-El sector público tiene que aprender del privado, y al revés. Pero en una serie de áreas, como la gestión económica o la agilidad de las organizaciones, lo público debe aprender de lo privado.

-En un periodo de tiempo relativamente corto se concentraron varios accidentes de avión. ¿Conclusiones?

-Me hace pensar que la industria aeronáutica cada vez es más segura. Los accidentes suelen ser por un fallo humano, algún mal uso ajeno a los parámetros que la industria ha pensado para los aviones... Pero es extremadamente raro que un avión tenga un accidente por causa del propio avión. Eso casi ya ni pasa.

-Un fallo técnico requiere varios fallos en cadena.

-Los estándares de seguridad en la industria aeronáutica son infinitamente superiores a los del transporte por tierra. Y eso requiere instalar sistemas que, en caso de fallo, se sustituyan sucesivamente. Tú puedes tener un ordenador central, y si no te va, lo apagas y los enciendes de nuevo. Pero es que un avión tiene cuatro, y además unos controlan a los otros. Ni siquiera se conoce el caso de un Airbus en el que haya fallado el ordenador. Y así con todo. Si se analizan las estadísticas, cada vez hay más vuelos y menos accidentes. Siempre hay algún imbécil que hace alguna imbecilidad, pero la industria aeronáutica es casi el paradigma de seguridad para todo el mundo.

-Usted trabaja en Múnich. ¿Cómo se lleva en Alemania el fraude la Volkswagen?

-Están en situación de completo desconcierto. En plan "los alemanes no hacemos estas cosas". Ahora mismo no saben por dónde tirar. La mentalidad alemana no es compatible con este tipo de actuaciones. Un alemán piensa que eso no se hace en Alemania, y ya hemos visto que los españoles no somos peores que los alemanes.