Un equipo internacional de científicos ha encontrado genes de avispa en las mariposas, un hallazgo que, además de demostrar que la naturaleza crea sus propios animales transgénicos, constituye una diana para el control de plagas.

El estudio, publicado hoy en Plos Genetics, es una investigación de la Universitat de València y del Institute de Recherche Sur la Biologie de l'Insecte (IRBI-CNRS).

"El estudio parte de un análisis de cómo se comportan los insectos frente a los patógenos. Entonces vimos una serie de genes que no parecían de mariposa y empezamos a estudiar su procedencia", ha comentado a Efe el profesor de Genética y coautor del trabajo, Salvador Herrero.

Los extraños genes procedían de un tipo de avispa (de la familia de los bracónidos) cuyo ciclo reproductivo consiste en parasitar las larvas de mariposa y de polillas, donde inyectan unas partículas virales que bloquean las defensas de la larva.

"En ese proceso, en algún momento, la parasitación falló y las larvas de huéspedes adquirieron uno de esos genes y los incorporaron y fueron domesticando a lo largo de los últimos cientos de años, hace relativamente poco tiempo, evolutivamente hablando, claro", ha explicado.

Con el tiempo, esos genes han dado a las mariposas "cierta protección frente a algunos patógenos", un hallazgo relevante, sobre todo "si tenemos en cuenta que algunas especies de avispas parasitoides son utilizadas eficientemente en la agricultura para el control de plagas de insectos nocivos".

De hecho, la investigación original pretendía analizar la interacción entre insectos plaga y sus patógenos bacterianos y virales para mejorar el uso de estos microorganismos para el control biológico de plagas agrícolas.

El trabajo, además de mostrar que el proceso de transgénesis en insectos ocurre de forma natural, revela que su sistema inmune, aunque más sencillo que el de los humanos, "está en constante evolución y puede conseguir nuevas funciones con la adquisición de nuevos genes procedentes de otros insectos", argumenta Salvador Herrero.

Además, estos estudios de la Universitat de València y el IRBI-CNRS aportan nuevas dianas para hacer los patógenos naturales "más efectivos en el control de plagas y poder reducir el uso de insecticidas químicos en la agricultura", añade.