El verano es una época en la que muchas personas, especialmente jóvenes, aprovechan las vacaciones para sacarse el carné de conducir. Se dispone de más tiempo y el estrés es sensiblemente inferior, lo que facilita aprobar. No obstante, estas dos pruebas, teórica y práctica, generan gran temor entre muchos aspirantes, por lo que no está de más repasar diez pautas que pueden ayudar.

Examen teórico:

-Acudir con regularidad a clase: Asistir a las clases sirve para familiarizarse con las particularidades y excepciones de las normas de tráfico. Muchos conceptos necesitan ser visualizados y explicados en el aula para entenderlos.

-Repasar en casa: Una vez a solas, se puede repasar lo aprendido en clase para reincidir en los aspectos más importantes, como las velocidades máximas según el tipo de vehículo o los empleos de los tipos de luces.

-Aprender en situaciones ordinarias: Nada mejor que comprobar, ya sea como peatón o como pasajero, las lecciones que aparecen en los manuales. Los conocimientos teóricos tendrán su aplicación práctica.

-Hacer tests: Una de las partes más importantes es realizar estos exámenes, ya sea en casa o bien a través de la autoescuela en la que se esté inscrito. Se pueden encontrar miles de pruebas resueltas en Internet.

- Confiar en lo aprendido: En las horas previas, aparecerán muchas dudas, pero no hay que dejarse atemorizar por ellas. Si se han superado con frecuencia los ´tests´ realizados, el que aparezca en el examen no diferirá mucho.

Examen práctico:

- No olvidar la teoría: Lo que se ha aprendido en clase tiene ahora su uso práctico. Una conducción basada en los principios aprendidos en la autoescuela servirá para garantizar un trayecto más respetuoso con las normas y con el resto de automovilistas.

- Evitar las manías y vicios al volante: Es preferible asentar de forma constante los buenos hábitos al volante en aspectos como el manejo de los pedales de freno y embrague, el respeto a la distancia de seguridad, un correcto aparcamiento o el uso apropiado de los intermitentes y el claxon. En muchas ocasiones por habernos fijado en la manera de conducir de otros hemos hecho nuestros algunos gestos que lo único que pueden hacer es dificultarnos el aprendizaje.

- Evitar la tensión: Todo conductor novel experimenta nervios, pero se debe procurar, durante las prácticas y el examen, ser un conductor más y no entorpecer el tráfico. Es importante familiarizarse con el coche y apoyarse en el profesor en las clases prácticas.

-Acudir descansado al examen: Las horas previas no hay que sufrir presión sino dormir lo suficiente para estar con la mente tranquila y poder desarrollar todas la maniobras con corrección.

-Atender siempre al examinador: Es muy importante hacer caso de las indicaciones del examinador y, además de eso, hacerlo de una manera que evite denotar nerviosismo o tensión. Si se comete algún fallo, se puede hacer de él un acicate para corregir la senda del examen y demostrar que se tiene capacidad de reacción.