La estela de María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, comúnmente conocida como Cayetana de Alba o Duquesa de Alba, también llegó a la provincia de Zamora.

El 26 de octubre de 1946 Cayetana de Alba, junto a otras dos señoritas «participó en una cacería organizada en unos terrenos de La Tuda por su propietario Pedro Martínez de Irujo» recuerda Herminio Ramos Pérez, historiador y colaborador de LA OPINION-EL CORREO DE ZAMORA. Aquel día, Herminio Ramos, que contaba 21 años, participó en ella como «secretario del Conde de Mieres que acudió al evento. Yo era el encargado de llevar una cartera con cartuchos de diferentes colores, según el grosor del perdigón y le daba los que me pedía según la ocasión. Todos los cartuchos estaban personalizados con una corona y sus iniciales».

Estando en uno de los puestos que le fueron asignados al conde es donde toma contacto con Cayetana de Alba. «Tenía 20 años , estaba en el puesto de al lado junto a otras dos jóvenes con unas armas más sencillas y menos fuertes que las de los hombres. Me preguntaron por unas plantas que habían visto en un terreno de al lado y me dijeron qué si sabía lo que eran. Le dije que sí. Eran garbanzos en vaina. Se los enseñé y les dije que así, todavía se podían comer». Herminio Ramos recuerda que el trato con la duquesa de Alba fue «cordial», aunque las tres señoritas «pusieran una cara rara al ver de donde salían los garbanzos».

Dentro de los títulos con Grandeza de España que poseía Cayetana Fitz-James Stuart estaba el marquesado de San Vicente del Barco municipio de la provincia hoy anegado por las aguas del pantano de Ricobayo y cuyo territorio se encuentra en la actualidad en el término de Santa Eufemia del Barco. En este pueblo casi nadie recuerda los terrenos que la duquesa de Alba pudiera tener en el municipio, pero uno de los vecinos más longevos del término aseguraba a este diario que «si que se habló de que se iban a tapar (inundar) tierras de uno muy rico. Unos decían que sí eran de los de Alba y otros que no de otro rico». En la actualidad, el marquesado es ostentado por Fernando Martínez de Irujo, cuarto hijo de la finada.

Sea como fuere la relación de la Casa de Alba con la provincia de Zamora tiene más vinculación a través de la familia del primer marido de Cayetana, Luis Martínez de Irujo. Esta saga llegó a tener fincas en la provincia y en la comarca tabaresa cinco dehesas. En la actualidad mantiene tan solo una en la zona y otras dos en los alrededores.

Según ha podido conocer este diario, los terrenos pertenecían a Ignacio Martínez de Irujo, Duque de Sotomayor, hermano mayor de Luis Martínez de Irujo. A su muerte, acaecida en 2011, la finca de Tábara pasó a manos de uno de sus hijos que es el que la regenta en la actualidad. La dehesa ha sido siempre frecuentada por Carlos (nuevo duque de Alba) y Cayetano (conde de Salvatierra), hijos de la duquesa. Según fuentes vecinales «más habitualmente Carlos porque venía con su primo que se llaman igual. Es más, hace aproximadamente un mes que estuvo por aquí».

En Faramontanos, aún hay vecinos que recuerdan «la que se organizaba cuando llegaba el señor duque» y aseguran que «muchos de los vecinos trabajaban para él».

La familia Martínez de Irujo es sobradamente conocida en la zona, ya que su patrimonio comprendía cinco dehesas repartidas entre los términos municipales de Tábara, Faramontanos de Tábara, Santa Eulalia de Tábara y Bretocino. En el municipio tabarés poseen la finca llamada «Pozos», «Quintos» en Bretocino y «Tardajo» en Santa Eulalia. En el término de Faramontanos tenían las dehesas «Valmaseda», «Mangas» y «el Majadal» que fueron vendidas. A pesar de las propiedades, el primer marido de Cayetana nunca tuvo terrenos en la provincia.