El matemático ruso Efim Zelmanov logró en 1994 la Medalla Fields, equivalente al premio Nobel. Es doctor honoris causa por la Universidad de Oviedo. Ha estado en España para dirigir un curso en Santander de camino a San Diego, California, donde es catedrático, y después a Seúl, sede del Congreso Internacional de Matemáticos, que se extenderá a lo largo de dos semanas de agosto.

-Veinte años después de la Medalla Fields...

-Veinte años más viejos.

-Es una respuesta demasiado matemática.

-En la primera época, tras la Medalla Fields sentí que había cambiado las matemáticas por las relaciones públicas. Por supuesto, la medalla me trajo muchas cosas buenas y agradables. Pero después, cuando empezaba un nuevo trabajo de investigación, me preguntaba si sería suficientemente bueno para una medalla y ésa no es una actitud buena. Tuve que superar esa perspectiva.

-¿Cómo cambiaron las matemáticas en dos décadas?

-Son una ciencia muy antigua y realmente han cambiado muy poco en los últimos dos mil años como paradigma. Las demostraciones de Euclides son válidas. Por otra parte, nunca en la historia las matemáticas habían tenido tanto apoyo como ahora. Cada vez tienen más aplicaciones.

-¿Apoyo económico o apoyo social?

-Las dos cosas vienen juntas. Se ha aceptado que son necesarias para cualquier avance técnico.

-¿Y en qué han cambiado sus matemáticas en veinte años?

-Trabajo en un campo central y ahí ha habido avances significativos en las últimas dos décadas. En el siglo XX uno de los problemas más importantes era la clasificación de los grupos simples finitos y se ha logrado cerrar la cuestión.

-¿Qué son los grupos simples finitos?

-Todo objeto tiene simetrías. Una forma puede ser girada y no cambia o ser movida axialmente. Las simetrías son importantes para estudiar un objeto. Y forman grupos finitos. Bueno, hay infinitos grupos. Cuando se descubrieron las partículas elementales se distinguieron por el grupo de simetría que les correspondía. Sheldon Glashow, Nobel de Física, muy brillante, dijo que no sabía si Dios existe, pero si existe es evidente que conoce la teoría de grupos.

-¿Quitan trabajo los matemáticos a los físicos?

-La física tiene una influencia enorme en las matemáticas. Y las matemáticas estudian problemas o intuiciones que surgen en física. No sustituirá nunca una ciencia a la otra. Las influencias siempre han sido muy positivas, ahora más, y espero que la cosa continúe. La física trabaja con entes tan abstractos que la intuición usual no vale. A Landáu le preguntaron por una partícula tan abstracta que no se imaginaban cómo era. Respondió diciendo que no se interrogasen por el cómo, que resolviesen las ecuaciones.

-¿La ciencia pregunta por el cómo y no por el qué?

-Decir "¿cómo es esto?" no es lo importante, debemos preguntarnos cómo se maneja. Por ahí deben ir los interrogantes que cuentan.

-La teoría de grupos se aplica a la física de partículas y a la criptografía. ¿Vale para todo?

-Por supuesto. Ésa es su esencia y belleza. Ayuda en muchos campos. Es algo general. En la conferencia que acabo de dar en Santander sobre Big Data afirmé que aparece en muchos campos, por ejemplo en genómica, en reservas de billetes para millones de personas o en seguros. En todos los casos, la cuestión es trabajar con una cantidad enorme de datos y variables. Para eso hacen falta herramientas comunes. Las ecuaciones que aparecen en física teórica aparecen también en los mercados financieros.

-¿Entonces los físicos se hacen ricos?

-Algunos han llegado a ser muy ricos. Física y finanzas tienen en común las ecuaciones.

-¿Por qué los grandes datos tienen unas matemáticas distintas?

-Los problemas se reducen a ecuaciones que los niños aprenden a resolver. Pero en el campo de los Big Data puede haber millones de ecuaciones que ni siquiera los ordenadores pueden resolver. Ahí los matemáticos buscan nuevos métodos. Además de enormes, los grandes datos están desorganizados y cambian continuamente. Estás trabajando sobre una red social y cambian constantemente sus parámetros.

-¿Y la minería de datos?

-Es un paso anterior. Previo. Los datos no están tan desorganizados ni son tan cambiantes.

-¿Frente al matemático criptógrafo que es honrado y evita fraudes siempre habrá otro al servicio de mafias?

-La naturaleza es así. Unos animales cazan a otros.

-Máquina, programa o analista, ¿qué es más importante?

-Los tres. Cualquier fallo en uno de los tres componentes produce una ruptura.

-Hay ordenadores que escriben artículos de prensa o científicos.

-Cierto. Son artículos que no tienen ningún sentido, pero todas las palabras suenan bien. Trabajos así se han enviado a revistas científicas y fueron aceptados. Se hizo adrede, para poner en evidencia a algunas revistas poco cuidadosas. Ha ocurrido en malas publicaciones, siempre en las mismas. No en las que conozco bien, con editores serios. Ese engaño fue algo bueno.

-También hay ordenadores para noticias, sin asomo de fraude, les dan unos pocos datos y escriben un artículo.

-Increíble.

-Usted vive en San Diego, una ciudad nueva.

-Sí, concretamente en Del Mar. De todos modos, tiene una zona vieja mexicana. Creció mucho en los cincuenta y en los sesenta. La Séptima Flota tiene su base en San Diego. Y de allí salen los cruceros impresionantes que van al Sur.

-Y es natural de Rusia.

-De Novosibirsk.

-A tres mil kilómetros de Moscú.

-A cuatro horas de avión. Es una ciudad antigua, pero en la Segunda Guerra Mundial se trasladó allí toda la industria para protegerla de los alemanes y cambió mucho.

-¿Qué va a ocurrir en Seúl?

-En la ceremonia de apertura se conocerán las Medallas Fields. Hay apuestas. Hay páginas web donde la gente apuesta. Habrá dos semanas de sesiones y charlas. Es el principal evento matemático mundial en cuatro años. El próximo quizá sea en Río de Janeiro.

-¿Cómo trabaja?

-Los matemáticos trabajan de forma individual y mejor si pueden elegir los temas. Debido a las numerosas interacciones, con frecuencia funcionan como una sola mente. Trabajando en continentes distintos resuelven los mismos problemas y discuten por decidir quién fue el primero.

-Ocurrió ya con Leibniz y Newton.

-Sí, no es algo nuevo.

-No hay patentes.

-En matemáticas no hay patentes, quizá de ahí proceda su enorme progreso.

-¿Eso ayuda al progreso?

-Por supuesto. Inmensamente, la diseminación de los resultados es inmediata.

-Cuando Perelman demostró la conjetura de Poincaré se dijo que nadie tenía capacidad para juzgar sus matemáticas.

-No. El trabajo fue cuidadosamente leído por otros matemáticos. Ya Hamilton, que estuvo en San Diego, anduvo cerca en esa línea y hubo conflicto.

-¿Cuál es su futuro científico?

-Ojalá lo supiera.

-¿Qué le gustaría?

-Estoy involucrado en varias cosas y espero que algo salga. Aparecen muchos problemas.

-¿Una tortura?

-No, es muy agradable. Hay matemáticos que tienen miedo tras concluir un trabajo de no tener otro que merezca la pena. Debemos tener siempre un problema delante.

-Ucrania, Siria, Gaza, Corea, ¿se puede hacer una ecuación polinómica para saber si va a estallar o no el mundo?

-No se puede. Las matemáticas sólo se pueden aplicar a algunos problemas y, por cierto, hay suficientes. Ahora tienen un enorme prestigio gracias a Turing, Von Neumann y otros que demostraron su utilidad. La gente respeta las matemáticas. Pero si se lanzan opiniones sobre el problema de Gaza perderán prestigio.

-¿Qué opina del bitcoin, la nueva moneda electrónica?

-Mejor preguntar a mi hijo, está mucho más involucrado. Trajo un montón de bitcoin a casa y le dije si quieres tirar el dinero, tú verász. Empezó con poco valor, subió a mil dólares y ahora está en 560 dólares. No sé nada de los aspectos matemáticos. Tenía problemas de seguridad, pero creo que se han superado.

-¿Qué dice un matemático de las probabilidades de un gran seísmo en California por la falla de San Andrés?

-Bueno, se está trabajando en eso desde puntos de vista matemáticos. Los terremotos pequeños allí son muy frecuentes.