Un tramo de la V-31 en la provincia de Valencia es el de mayor coste social por accidentes en España, según un estudio de la Fundación RACC, que señala que cada uno de los 7,3 kilómetros que dura cuesta anualmente una media de 627.076 euros a las arcas del Estado para sufragar los gastos derivados de la víctimas mortales y heridos graves que se producen en él.

En concreto, el informe apunta que el tramo con más coste por kilómetro, debido a los muertos y heridos graves que se suceden en su longitud, es el V-31 entre el enlace de Silla y el enlace con la CV-42.

Así, la Comunitat figura como la segunda autonomía con mayor cantidad de tramos negros en sus carreteras, con un total de 18, aunque además es junto a Cataluña la región que más tramos aportan (cuatro y tres tramos respectivamente), dentro de la lista de los diez tramos con más coste por kilómetro de España, principalmente en la N-II y la N-340.

El informe identifica los tramos de carreteras en los que se produce un mayor número de accidentes con víctimas mortales o heridos de gravedad, y que, por tanto, tienen un mayor coste por accidentes, y los compara con los datos de inversión media en mantenimiento de cada kilómetro en esas carreteras.

El resultado indica que, de la inversión total en carreteras, que se obtiene sumando la inversión en mantenimiento y el coste de accidentalidad, en la Comunitat Valenciana solamente el 28 por ciento corresponde a mantenimiento de las vías mientras que el resto de la inversión se destina al "coste social" que suponen los accidentes graves.

Asimismo, Cataluña es la segunda comunidad más "desfavorecida", con un gasto en mantenimiento del 46,2 por ciento de inversión en carreteras, y Madrid ocupa el tercer lugar, con un 51 por ciento.

Asimismo, la carretera que más tramos y kilómetros aporta con un coste por kilómetro superior a 200.000 euros es la N-340. De ellos, 16 tramos de la carretera N-340 se encuentran distribuidos a los largo de la Comunitat Valenciana (siete), Cataluña (seis) y Andalucía (tres).

De acuerdo a los últimos datos de la DGT presentados en 2012, cada muerto por accidente representa un gasto "social" para las arcas públicas de cerca de 1,4 millones de euros y alguien que resulta herido de gravedad requiere una inversión de 219.000 euros en conceptos que incluyen la hospitalización y el coste de tratamientos de rehabilitación.

Aun así, el responsable de programas de la Fundación RACC, Xavier Ruestes, ha matizado que el valor de una vida humana es "incalculable" y que "ni el dolor ni la muerte de una persona tienen un precio".

La Comunidad de Madrid es la que tiene un mayor coste medio de accidentalidad por cada kilómetro de vía (140.000 euros) debido a la gran intensidad de tráfico y al menor número de kilómetros de vía frente a otras comunidades como Castilla-La Mancha o Andalucía. Le siguen la Comunitat Valenciana, con un coste de 105.721 euros por kilómetro y Cataluña (96.238 euros).

Recomendaciones

El estudio concluye con la recomendación de que se de prioridad a la inversión en los tramos de carretera en que, con una inversión relativamente pequeña, se puede producir un mayor ahorro en vidas humanas, en número de heridos graves y, de este modo, en gasto económico que suponen los accidentes.

En este sentido, señala que, con mejoras y soluciones "sencillas", como mejorar la delineación, ampliar los carriles o construir una glorieta, en los tramos de carreteras donde el gasto por siniestralidad supera porcentualmente al de la inversión en mantenimiento se puede lograr un alto grado de eficiencia frente a otras mejoras en tramos con una relación mayor de inversión frente al gasto por accidentes.

El objetivo del estudio, según han explicado sus impulsores, es lograr que las inversiones en el mantenimiento de carreteras de la RCE sea "lo más eficiente posible". El director de programas de la Fundación RACC ha explicado que, en el marco presupuestario actual (se ha reducido un 38 por ciento la inversión en carreteras desde 2009), España "no se puede permitir" hacer inversiones en que el retorno no sea el máximo. "La eficiencia debe ser capital", ha concluido.