Equilibrio, fuerza y estabilidad. Éstas son algunas de las propiedades que dicen que otorga la pulsera de moda que lucen en su muñeca deportistas, políticos, famosos y gente anónima. La Infanta Elena de Borbón, el actor Antonio Banderas, la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso; la nadadora olímpica Gemma Mengual y el futbolista Cristiano Ronaldo son algunos de los personajes públicos que la utilizan. Todos propagan a los cuatro vientos sus mágicas cualidades. Unos afirman que mitiga el dolor, la fatiga o el estrés; otros, que aumenta el equilibrio y la coordinación, la resistencia o la flexibilidad. Incluso son muchas las voces que apuntan que desde que la usan duermen como un lirón. En el lado opuesto de los defensores a ultranza de la pulsera se sitúan los que la califican de un placebo, un amuleto o incluso un fraude.

Pero ¿qué tiene de especial esta pulsera Power Balance? Según la empresa que la comercializa, posee un holograma en el que ha sido almacenada una frecuencia procedente de materiales naturales conocidos por sus efectos beneficiosos para el organismo. Aseguran que dicho producto «es una frecuencia en sí que restaura el equilibrio electromagnético del cuerpo aislando a cada célula viva de los factores externos que le impiden funcionar al 100% de sus capacidades».

Verdad o mentira; amuleto, autosugestión o efecto placebo, a los usuarios los convence. Aunque reconocen haber desconfiado en principio de sus ponderadas excelencias, aseguran sentirse mejor y, por tanto, continúan utilizándola «por si acaso». Frente a esta opinión se encuentran los escépticos, que piden respuestas con base científica a tales beneficios. En este sentido, el especialista en medicina deportiva Nicolás Terrados señala que ante la falta de información que confirme tal rentabilidad no tiene una opinión sobre dicha pulsera. No obstante, dice que «ojalá tenga esos efectos de los que tanto se habla».

De la misma opinión es su colega, el también especialista en medicina deportiva Miguel del Valle, que incide en la necesidad de conocer algún estudio con rigor sobre la pulsera. A su juicio, «se trata de un gran negocio basado en una moda», y cree que sus cacareadas ventajas «no tienen ni pies ni cabeza, aunque me llevaría una sorpresa si de verdad hiciera efecto», confiesa, a la vez que califica este producto de «amuleto que psicológicamente puede influir sobre la persona que lo porta».

Fue el mundo del deporte el que abrió las puertas a la Power Balance. Primeras figuras del automovilismo (Barrichelo), el baloncesto (Shaquille O´Neal) o el fútbol (Guti) han prestado su imagen para presentarla en sociedad. Y mediante una fuerte campaña de «marketing» ha llegado a los consumidores. Numerosas personas han caído en las redes de este artículo, cuyo precio ronda los 30 euros.