La Real Cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén no faltó ayer a su tradicional cita del Domingo de Ramos con los zamoranos. La plaza de Santa María la Nueva se convirtió ayer, un año más, en un verdadero hervidero de niños que, acompañados por sus padres, abuelos, hermanos y tíos, acudieron para acompañar a la Borriquita por las calles de Zamora. Muchos de ellos, como marca la tradición, secundaron el desfile vestidos de hebreos gracias a la colaboración de las escuelas católicas de la ciudad.

Los 150 hermanos de la Cofradía acudieron puntuales al lugar del inicio de la procesión para escuchar la lectura del Santo Evangelio según San Mateo, leído por el capellán reverendo Florentino Pérez antes de dar salida al desfile. Con la procesión de ayer dan inicio oficial las celebraciones anuales de la muerte y resurrección de Cristo, celebraciones que protagonizarán la actualidad zamorana durante la semana que hoy empieza. "Acompañemos con nuestros cantos a Jesús en su entrada en Jerusalén para merecer tener parte en su resurrección", apostilló Pérez. Segundos después las campanas de Barandales comenzaron a sonar para que la procesión comenzara su recorrido hacia la plaza de Viriato, donde ya esperaban decenas de personas para presenciar el paso de la Borriquita.

El desfile discurrió por las calles más céntricas de la ciudad con el tradicional ambiente distendido impensable en otras procesiones de la Semana Santa zamorana. Como cada año, decenas de niños se iniciaron en la Pasión zamorana de la mano de sus padres y alumbraron con su presencia una tarde que, por lo meteorológico, fue más bien fría. Pese a todo, el sol consiguió romper las nubes justo unos minutos antes de que comenzará la procesión, lo que dio un mayor colorido a la tarde. Los cofrades, zamoranos y turistas pudieron disfrutar así de una de las procesiones más especiales de la semana de Pasión aunque apenas unas horas las previsiones daban posibilidad de chubascos.

Hoy, Lunes Santo, el ambiente será bien distinto. La Hermandad de Jesús en su Tercera Caída, por la tarde, y los hermanos de la Buena Muerte, a las doce de la noche, protagonizarán la jornada con la muerte de Cristo como hilo conductor. Precisamente por esto es más destacable la procesión del Domingo de Ramos de Zamora, un desfile que viene a romper con el "ambiente" de las próximas jornadas y que permite abrir una ventana de alegría a la que no dudan en asomarse ni niños ni mayores.