Para quienes de verdad viven la Semana Santa, según pasa la vida los días de Pasión se van convirtiendo también en días para recordar a los que faltan, días para emocionarse pensando en el rostro de ese ser querido que podría estar debajo de cualquiera de los caperuces que pasan junto a uno, pero no está, días de llorar al ver pasar al Cristo o a la Virgen al que tanto rezaba la familia en los días más complicados. Y ese es el caso de María Jesús Jiménez Ainse, que ayer repasaba la historia de su vida en el pregón de la Semana Santa de Villalpando.

Para María Jesús, la Semana Santa de Villalpando es su madre, que le enseñó por primera vez una procesión cuando tenía 11 años y que falleció en el Viernes Santo de 2004. Y es su marido Fernando, que era costalero en La Urna, cofundó la Cofradía del Santo Entierro en 1995 y falleció a 12 días de la Semana Santa de 2003 pidiéndole que cumpliera una promesa, según contaba emocionada la pregonera: "Quiero que no dejes mi túnica apolillar en el baúl. Vístela y sal en las procesiones. Haz lo que puedas, pues no me gustaría que la Cofradía desaparezca".

Y así ha sido, la túnica de Fernando sale cada Viernes Santo con su viuda o con una de sus hijas, y María Jesús ha cuidado la cofradía hasta el punto de llegar a presidirla durante tres años, entre 2005 y 2007. Ayer esta catalana de nacimiento y villalpandina de adopción tenía el honor de pregonar la Semana Santa del pueblo de su madre y el de su marido, y de invitar a todos los villalpandinos a "perdonar y pedir perdón", como enseña el Sermón de las Paces del Domingo de Ramos, a "ser valientes y no avergonzarse de ser católicos", como enseña el Sermón de las Lágrimas de San Pedro del Martes Santo, y a acompañar el Viernes Santo a la Virgen en "el dolor de una madre que ha perdido a su hijo" , pero sabiendo que "llegará el Domingo de Resurrección y la tristeza se volverá alegría. Las ropas negras se cambiarán por las blancas y celebraremos la Ascensión de Cristo a la gloria y, con ello, reavivaremos la esperanza que todos los católicos tenemos puesta en la Salvación Eterna".

El pregón abría oficialmente la Pasión de Villalpando que en realidad comenzaba el viernes con la procesión de la Virgen de los Dolores. Las bandas de cornetas y tambores de la Vera Cruz de Villalpando, del Santísimo Cristo de Morales del Vino, y la palentina de Santa María del Camino, de Carrión de los Condes, recordaban minutos antes del pregón las melodías que un año más sonarán por las calles de la villa. Tras las palabras de María Jesús Jiménez Aínse actuaron los coros de Diego Torres Bollo y Muvi.