"El Cristo apaleado y vencido que paseamos en Zamora no es el que más me exalta. El que me seduce es el que anduvo triunfante sobre la aguas. El Cristo carismático del Sermón de la Montaña. Y ese Cristo nada complaciente de León Felipe que no ha venido a acunar los sueños del hombre dormido con cuentos".

Ha sido novedoso el pregón del periodista zamorano Antonio Casado en el Centro Cultural Conde Duque, porque la proclama que por 68 año consecutivo organizaba la Casa de Zamora en Madrid ha venido de la mano de "un agnóstico", un no creyente cantando la representación "de la Pasión y Muerte de Cristo. O sea, la Semana Santa. La de Zamora, que es la mía", donde se amontonan "en respetuoso parlamento" la religión, la antropología, el turismo, la cultura y los recuerdos de infancia y primera juventud del pregonero.

"Mi agnosticismo no ignora la huella de Jesús de Nazaret, el hombre que nos enseñó el secreto de la filantropía, como diría Machado. A saber: fraternidad, compasión, perdón y cercanía a los humildes, los mansos y los que sufren sed de justicia".

Y así fue desgranando el prestigioso periodista zamorano su visión de la Semana Santa de Zamora, un cortejo fúnebre entre dos domingos gloriosos, una seña de identidad del zamoranismo. "Del Concilio de Trento deriva el espíritu fundacional de la Semana Santa. Me refiero al culto a las imágenes y la consiguiente eclosión del barroco español, que en Zamora luce esplendorosa en las tardes del Jueves y el Viernes Santo, con desfiles secuenciales que te permiten seguir ordenadamente el relato de la Pasión y Muerte de Jesús en bellísimos grupos escultóricos".

Casado se considera fan de la parte "no sangrienta del Nuevo Testamento. Es decir, la que termina el domingo de Ramos. "A quienes no militamos en el sufrimiento como atajo de redención nos inspira más el Cristo de las ocho bienaventuranzas que el de las siete palabras".

Cierto es, como destacó el pregonero, que este periodo suena, muchas veces, más a vacaciones que a cualquier otra cosa y recalcó cómo "los españoles hemos acabado asociando la Semana Santa a una placentera evasión en forma de crucero, viaje al Caribe o escapada a la playa". Eso sí, "ningún lugar como Zamora para sentir que la Semana Santa es algo más que el placer de unas vacaciones, porque todavía puede vivirse en su verdadero significado".

A Antonio Casado le acompañaban, además de su esposa, la periodista y escritora Carmen Rigalt, numerosos amigos y compañeros de profesión, como Pepe Oneto, Lucía Méndez, Javier Gómez de Liaño, Fernando Ónega, Miguel Platón o Jorge del Corral, hijo del que fue gran periodista zamorano Enrique del Corral, que escribía con el seudónimo de Viriato en ABC, hijo adoptivo de Zamora y varias veces pregonero de la Semana Santa zamorana, fallecido en 1989.

Tras el pregón de Antonio Casado ("El Confidencial" y tertuliano en la televisión), que fue presentado por el también periodista zamorano Sergio Martín Herrera (Los Desayunos de TVE), la Casa de Zamora, que preside Mari Luz Uña, hizo entrega de los premios Banzo de Oro a los galardonados en sus distintas categorías: La 8 de Zamora, del Grupo Televisión de Castilla y León, representada por su directora, Eva Crespo, en la vertiente institucional; el periodista Luis Jaramillo (COPE de Castilla y León) como mejor trayectoria; y la saga familiar de Virgilio (Lili) Pedrero, su hijo Antonio y su nieto, también Antonio, en la modalidad de concordia.

El cuarteto de viento de la Hermandad de Penitencia, Las Capas, interpretó las melodías que suenan durante el desfile de la noche del Miércoles Santo.