Ante el botellón, resignación, que es muy cristiano. La Junta Local de Seguridad celebrada ayer en sede municipal con motivo de la Semana Santa concluyó sin soluciones ante el previsible botellón que se celebrará en el parque de San Martín el próximo Jueves Santo. Tras semanas de conversaciones infructuosas, ni el Ayuntamiento de Zamora ni la Subdelegación del Gobierno se harán cargo de la prohibición del evento, pese a que ambas administraciones tienen competencias expresas en la materia. Es un muerto que pesa demasiado y nadie quiere cargar con él. Un muerto derivado, probablemente, de una normativa mal diseñada desde un inicio. O quizás de una aplicación de esa normativa bastante laxa también desde el principio. Lo único cierto, así lo manifestó la presidenta de la Junta pro Semana Santa, es que este año, irremediablemente, volverá a existir un macrobotellón en la capital.

Las posturas parecían claras merced a las manifestaciones de las últimas semanas, pero ayer se confirmaron en la Junta Local de Seguridad: no habrá prohibición expresa del botellón del Jueves Santo. El alcalde del Ayuntamiento de Zamora, Francisco Guarido, explicaba tras la reunión cuál será el papel que jugará la Policía Municipal de cara a este evento. "Se trata de un asunto en el que debemos estar coordinadas todas las administraciones", señaló. "Sabemos que el botellón puede producirse y también que puede generar molestias a los vecinos del Casco Histórico, así que realizaremos un control exhaustivo para evitar incidencias durante esa noche y también queremos hacer un llamamiento a la responsabilidad y a la convivencia pacífica de todos los ciudadanos", expresó el regidor.

Guarido nunca quiso pronunciarse acerca de una hipotética prohibición del botellón de Jueves Santo, al igual que tampoco lo hizo el subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo. La ausencia de una convocatoria oficial es, según apuntó, lo que impide al Estado prohibir y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad actuar. "No podemos prohibir algo que no se ha convocado. Aquí cada uno tiene sus competencias y cada uno debe cumplir con su obligación en la aplicación de la normativa. En este caso, existe una prohibición de consumo de alcohol en la vía pública y consumo a menores vigente en la Ley nacional, presente en la Ley autonómica y de la que mana la Ordenanza Municipal", comunicó, aludiendo a la competencia directa del Ayuntamiento de Zamora.

No obstante, también existe una ley que regula el derecho de reunión y que ampararía a las Fuerzas de Seguridad para actuar en casos de concentraciones que puedan alterar el orden público o en las que se estén cometiendo actos ilícitos. "Nada podemos prohibir si nada se nos ha pedido. Conocemos de la convocatoria a través de las redes sociales, pero en este ámbito no podemos actuar. Nuestra función es velar por el cumplimiento de la ley y la seguridad ciudadana y así lo haremos", zanjó Jerónimo García Bermejo.

Prohibición, por lo tanto, no existirá, aunque tanto el Ayuntamiento de Zamora como la Subdelegación del Gobierno han manifestado su firme intención de realizar labores de prevención y control exhaustivo durante esa noche para minimizar el impacto de la concentración de jóvenes, que el año pasado batió récord de asistencia con 6.000 personas. La Junta pro Semana Santa, por su parte, ha recibido la noticia con desazón, aunque ha insistido en la necesidad de trabajar de cara a los años sucesivos. "Este año habrá botellón porque ya no se puede hacer nada al respecto. Lo que pedimos es que se comiencen a sentar las bases de la prevención para años próximos, algo que tiene que empezar con la educación en la familia", expuso Isabel García.