Este fin de semana, los nuevos cargadores de El Retorno del sepulcro pusieron a hombros por primera vez el último paso de la Real Cofradía del Santo Entierro que circulaba sobre ruedas. Más allá de los errores propios de los inicios, el momento fue histórico. José Martín Colino, más conocido como Pepe Gato, recordó entonces la asamblea de hace más de tres décadas -presidía la hermandad Manuel Roncero- en la que un grupo de hermanos se propusieron cambiar la procesión: "Mi ilusión era volver a ver los pasos a hombros porque yo había conocido el desfile así por mi padre, que era cargador", se sincera José Martín.

Entre aquella primera propuesta -acogida con reservas por el desembolso económico que precisaba- y este fin de semana han pasado 33 años. El Retorno es el último paso en echar a caminar, tras el enorme esfuerzo en 1985 de "levantar" los grupos más emblemáticos del Viernes Santo: La Magdalena, La Urna y la Virgen de los Clavos.

Ha pasado el tiempo, pero la ilusión permanece intacta. "Hay más de noventa solicitudes para cargar", confiesan los responsables. Finalmente serán 32 hermanos los que se sitúen bajo los banzos en un año muy especial: es el 425 aniversario de la fundación de la cofradía (1593), El Retorno es la imagen oficial de la Semana Santa y La Conducción celebra igualmente un cuarto de siglo caminando a hombros de los hermanos.

A diferencia del resto de grupos de imaginería, El Retorno fue concebido para marchar a ruedas. Los fieles de la Semana Santa recordarán fácilmente el grupo de Ramón Núñez por la calidad de sus figuras, pero, sobre todo, por la escasa altura de la mesa y los pináculos que rematan su perímetro. "Cada vez mejor", es la sensación de quienes han visto las primeras pruebas desde fuera.

Detalles simbólicos

En la "conversión" del paso ha sido clave el trabajo del tallista zamorano José Antonio Pérez, quien ha sustituido los paneles ciegos de la mesa por otros calados. "Los que hacemos mesas tenemos que asumir nuestro papel subordinado, porque el mensaje va arriba. Aún así, he elegido dos detalles muy simbólicos para los paños que van en el frente y detrás: la mano desmayada de la Magdalena y el sepulcro, eje central del paso", explica el artista.

Pérez ha optado, asimismo, por variar el color de los nuevos elementos. "El conjunto es unitario, pero siempre debemos distinguir lo que es original de lo que no", admite. Y el conjunto es una mesa concebida para ruedas -elementos decorativos pesados- que ahora dará sus primeros pasos.