Rufo Martínez de Paz destaca a Dionisio Alba Marcos como "una persona entrañable" que le honró "con su amistad y sus consejos". Es, reconoce "padre de un íntimo amigo mío y abuelo de otro gran amigo, y es lo que destaco. Los méritos semana santeros son de sobra conocidos: se nos va el último de los tres magníficos". Efectivamente, como recuerda el archivero y presidente de Jesús del Vía Crucis, Pedro García Álvarez "la Semana Santa actual no sería lo que es hoy sin Dionisio Alba Marcos y estos otros tres o cuatro cerebros, como Marcelino Pertejo y Ricardo Gómez Sandoval, el "Triunvirato" como se les conocía en el ambiente semanasantero, siempre con ese humor un tanto ácido, pero desde el cariño y el respeto".

Destaca la impresionante memoria de Dionisio Alba Marcos, que le ayudó mucho a la hora de componer la historia de la Semana Santa entre 1887 y 1940, tarea en la que se empeñó junto con Enrique Fernández Prieto con motivo del centenario de la Junta Pro Semana Santa. Una memoria que destaca también Miguel Ángel Pertejo, el hijo de Marcelino: "Hubiera sido un gran ministro de Hacienda". "Trabajó mucho con Ricardo Gómez, que hizo una importante labor desde la presidencia de la Diputación y antes, con mi padre, que era el que dirigía y él, que ponía en marcha o corregía todas las cosas que se habían ideado". Destaca la consecución del Museo de Semana Santa, con el apoyo de la Cámara de Comercio.