"Son muchas y diferentes nuestras semanas santas que no son de nadie porque son de todos....". El periodista zamorano Sergio Martín fue ayer el protagonista de una jornada luminosa de Domingo de Ramos con olor a palma y a laurel y en la que "la familia, el amor y la amistad" fueron los tres ejes sobre los que hizo girar su pregón. Rodeado de todas las autoridades civiles, religiosas y semanasanteras, el comunicador invocó en su pregón "respeto" para todas las formas de vivir la Semana Santa a través de un discurso diferente, íntimo y menos purista que sus precedentes basado en vivencias, experiencias y emociones personales que compartió con el público.

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Semana Santa en Zamora: Pregón oficial

Sin dudar un segundo en tildar la Pasión zamorana como "la mejor Semana Santa del mundo", Martín Herrera aludió a esa Zamora que, en Semana Santa, hace un bello ejercicio de respeto de quienes viven esta semana desde la pasión, muerte y resurrección de Cristo representada en gestos, símbolos, paisajes, detalles y olores... pero también de quienes la viven por la intensidad de unas calles que se llenan de vida, bullicio y folclore". De ahí que evocara en varias ocasiones la palabra "respeto" como "ese patrimonio que a todos nos pertenece y entre todos debemos cuidar, respetar al otro con sus ideas, sus particularidades, sus formas de ver el mundo, de entender las cosas, con sus ideas, sus tradiciones y su modo de celebrar la vida". El periodista, que hizo alusiones a los poetas Claudio Rodríguez y Oliverio Girondo pero también a citas bíblicas apostólicas, insistió en la idea de que "todo cabe" en Semana Santa, "todo junto, desde tu perspectiva y la del otro, desde tu pasión y la del otro, desde tu posición y la del otro, todo junto, todos juntos, estos días, por nuestras calles observo un bello ejercicio de respeto que me gusta y me emociona".

El periodista, que hizo un repaso por todas las cofradías y hermandades aderezadas por sus vivencias de niño, habló de la tradición sin despegarse de la innovación, porque "hay que innovar, buscar fórmulas para hacer mejor las cosas sin perder las esencias", es decir, "escuchar al otro, mantener los ojos abiertos y aprender de los que pueden enseñarnos cosas nuevas, máximas que esta tierra siempre ha tenido muy presente".

Sin pasar por alto una sola procesión, puso el acento en el canto del Miserere como "uno de los instantes que me han transformado" por lo "brutal" de contemplar a 5.000 personas en silencio mientras esperan la llegada del Yacente. Habló también de la Soledad, "uno de los iconos de esta Semana Santa y de la ciudad". También recaló en el Cristo de las Injurias, "un exponente de que la riqueza artística y el patrimonio cultural no está reñido con la devoción popular", sin dejar de aludir a La Borriquita que ayer vivió Zamora, "día entrañable que ofrece abolengo con vitalidad, cualidades muy poco comunes juntas y no solo por la energía de los niños, sino porque estamos empezando nuestra Semana Santa y se vive con un ímpetu animado y contagioso".

El profesional de la comunicación abogó también por "proteger nuestra Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, que lo es también por su patrimonio artístico, cultural y gastronómico que ofrece estos días no solo la capital sino toda la provincia de Zamora". En este sentido, "no solo tenemos el orgullo sino también la obligación de proteger y cuidar entre todos la mejor Semana Santa del mundo".

Los asistentes pudieron llevarse a sus casas en formato de libro el pregón del periodista con dibujos y apuntes del arquitecto zamorano Francisco Somoza. Unos trazos que dieron color a un discurso plagado de anécdotas, como cuando su madre le arreglaba el pelo con su colonia de agua de rosas o cuando estrenaba junto a sus hermanos "un modelito maravilloso con calcetines de agujeros...".